Es momento de debatir si los órganos autónomos han servido para el fin que fueron creados, o si el Estado se desentendió del tema porque el organismo estaba ahí, señaló el escritor.
La polémica desatada por la invitación del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred) al youtuber Chumel Torres para participar en un foro sobre racismo y clasismo, puso sobre la mesa si realmente ha servido o no este organismo.
“Quizá es un poco excesivo lo del torturador, pero sí es como invitar al marido golpeador a hablar sobre violencia doméstica. No sé si él sería el indicado, que después se justificó y dijo que era producto de que había visto mucha televisión. Yo también he visto mucha televisión y no soy racista y misógino”, dijo durante la Mesa de Análisis de Aristegui en Vivo.
Mejía indicó que la reflexión que se debe hacer sobre el tema es si después de todos estos años, el Conapred ha servido para combatir el racismo o la misoginia, o si éstos son temas de la estructura del poder que va diferenciando a las personas si son mujeres o por su color de piel.
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“Está más que demostrado por el Inegi que el color de piel tiene que ver con los puestos de trabajo y con la posibilidad de educarse o no. En México es clarísimo que existe el racismo”, apuntó.
El escritor consideró que si bien Gilberto Rincón Gallardo dio toda una lucha en estos temas, ésta no es sólo de un organismo.
Señaló que, muy probablemente, lo que pasó fue que al existir el Conapred, los gobiernos federales se desentendieron de esta materia.
“Me parece que es momento de revisarlo también desde el asunto de dinero que ganaban, pero sobre todo para qué sirve, más que testimonialmente, un organismo como el Conapred, en un tema que abarca a toda la sociedad mexicana, un tema que venimos arrastrando desde hace por lo menos 500 años”, expuso.
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Refirió que nunca se supo cuál fue el criterio que usó la ahora extitular del Conapred, Mónica Maccise, para invitar a Chumel Torres, pero insistió en que ahora debe debatirse si han servido los órganos autónomos que fueron creados para un fin específico o si más bien el Estado de desentendió del tema porque el organismo estaba ahí.
“El tema del racismo y la misoginia en el lenguaje está ahí, se puso en evidencia que tenemos un problema de tomar como humor o chiste la burla hacia los más débiles y vulnerables y no de poderosos”, lamentó.