A pesar de algunos éxitos en la taquilla y ser una marca líder en la industria del espectáculo, lo cierto es que Disney no pasa por su mejor momento. Hace algunos meses, Bob Iger volvió a ocupar el puesto de CEO en la compañía y al poco tiempo, aseguró que tenía que suprimir 7.000 puestos de trabajo para evitar el pozo sin fondo económico en el que se había metido la Casa del Ratón. Un ahorro de más de 5.000 millones de dólares en sueldos y la retirada masiva de algunos contenidos de Disney + que precisan de cierto mantenimiento. Una sangría de la que pocos están a salvo, por mucho peso histórico que tengan dentro de la major.
Galyn Susman junto a Angus MacLane (EP)
El medio Reuters habla que la última ronda de despidos se ha organizado en torno al estudio Pixar, una de las IP insignia en el terreno de la animación que la propia Disney compró en 2006 por 7.400 millones de dólares. El nombre más impactante ha sido el del director Angus MacLane y la productora Galyn Susman. MacLane fue el responsable de la cinta de Lightyear (producida por Susman), aparte de codirigir junto a Andrey Staton, Buscando a Dory. Susman ha estado presente en buena parte de la saga de Toy Story y fue la principal responsable de que la secuela terminase saliendo a la luz. Y es que el estudio había perdido todas las copias de la filmación y por suerte, Susman tenía una guardada en su casa.
‘Lightyear’ (Disney +)
Prescindir de ambos tiene que ver con los deméritos que la película en solitario del aventurero espacial sufrió en la taquilla el pasado 2022. Ni las salas ni la crítica le concedieron la unanimidad, siendo un producto que ha generado muchas pérdidas, aparte de damnificar indirectamente a la marca Toy Story, que tan buenos resultados le había dado siempre a la compañía. Lightyear suponía el regreso de Pixar a las salas, tras el impasse de la pandemia en la que otros títulos como Luca, Soul o Red habían llegado directamente a la plataforma de Disney +.
‘ Toy Story’ (Disney)
Tanto el director como la productora llevaban en la compañía desde mediados de los 90 y ninguno de sus méritos ha sido suficiente para preservar su puesto. Quién sabe si los despidos terminarán aquí o si en cambio, caerán más cabezas importantes.
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