Política migratoria de Joe Biden: ¿Ruptura o continuidad?

Política migratoria de Joe Biden: ¿Ruptura o continuidad?

El demócrata asumirá su cargo como presidente de Estados Unidos el 20 de enero y se ha comprometido a dar un golpe de timón a la política migratoria de Donald Trump, ¿hasta dónde habrá un verdadero cambio?

El saldo de la política migratoria de Donald Trump en los pasados cuatro años puede resumirse en pocas palabras: Fue un desastre continuo, pues se violaron derechos humanos, se promovió el racismo y el odio, y se negaron los principios de libertad, acogida, democracia en los que la sociedad estadounidense pretende estar asentada. Joe Biden afirma que una de sus prioridades será cambiar radicalmente esa situación.

“Estados Unidos debe volver a ser una tierra de acogida para inmigrantes”, afirmó.

La magnitud del desafío que espera al presidente demócrata puede evaluarse a la luz de una cifra. En los pasados cuatro años, el gobierno de Trump emitió más de 400 medidas, leyes y decretos administrativos con el objetivo de “metódicamente desmantelar y reconstruir un sistema basado en una visión donde la inmigración es vista como una amenaza a la seguridad y economía de los Estados Unidos”, subraya el MPI (Migration Policy Institute), organismo independiente dedicado al estudio de las políticas migratorias y sus efectos.


Separación de familias de migrantes, encarcelamiento de menores de edad, razias continuas para detener personas sin papeles, rechazo a proporcionar servicios médicos, amenazas de expulsión de cientos de miles de jóvenes que llegaron a Estados Unidos siendo menores de edad (Dreamers), encarcelamiento indefinido, o la negativa de ingreso al país a personas de confesión musulmana son algunas de las medidas impuestas por Trump. Una pesada herencia.

Durante la campaña presidencial Biden presentó una serie de medidas para edificar una nueva política migratoria. Queda por ver qué tan nueva o diferente será. Se medirá no sólo por lo que haga respecto a la herencia Trump (lo menos problemático), sino también con relación a su antecesor, el presidente Barack Obama que durante su administración expulsó a más de 2.7 millones de inmigrantes, más que cualquier otro presidente, incluido Trump.

Biden ha prometido aprobar durante los primeros 100 días de su mandato una batería de medidas entre las que destacan:

  • Revertir inmediatamente las políticas crueles y sin sentido de la administración Trump que separan a los padres de sus hijos.
  • Poner fin a las políticas de asilo perjudiciales de Trump (personas que llegan por México o Guatemala).
  • Poner fin a la mala administración del sistema de asilo (Trump impuso un límite de menos solicitudes de asilo que se aceptaban cada día).
  • Terminar con la detención prolongada.
  • Poner fin a la denominada “Emergencia Nacional” que desvía fondos del Departamento de Defensa para construir el muro en la frontera sur del país.
  • Rescindir las prohibiciones en vigor a Estados Unidos conocidas como “prohibiciones musulmanas”.

 

Muchas de esas promesas pueden concretarse con una firma, pues el mandatario puede “borrar de un plumazo” varias de las medidas más irracionales impuestas por Trump (por ejemplo, la de conceder menos solicitudes de asilo diarias). Otra cosa será cambiar medidas como las “prohibiciones musulmanas” que impone un veto migratorio a ciudadanos de Irán, Libia, Siria, Yemen y Somalia, una decisión avalada por la Corte Suprema de Estados Unidos

Con relación a los cerca de 700 mil jóvenes conocidos como Dreamers, cuya estancia en el país está garantizada por el programa DACA (Defend Action for Childhood Arrivals), creado en 2012 por el presidente Obama, y que Trump quiso deshacer, la Corte Suprema confirmó en julio del 2020 su validez, por lo que cualquier cambio requiere un aval del Congreso.

Biden también se ha comprometido a regularizar durante los primeros 100 días de su gobierno a casi 11 millones de inmigrantes ilegales que viven en el país. Si cumple con esa promesa (dispondrá de la mayoría en el Congreso para aprobar esa iniciativa) se trataría de la más importante regularización de indocumentados desde 1986, cuando el presidente republicano Ronald Regan concedió la amnistía a casi 3 millones de inmigrantes ilegales que vivían en Estados Unidos.

Un hecho significativo es que Biden nombró como ministro de Seguridad Interior a Alejandro Mayorkas, un experimentado abogado de origen cubano, quien participó en la redacción de la Dream Act que vio nacer a los Dreamers. Mayorkas tendrá bajo su cargo la administración de todos los centros de detención de migrantes y las aduanas del país, donde actualmente hay unas 15 mil personas detenidas por haber intentado ingresar a Estados Unidos sin documentos.

La crisis que atraviesa el mundo por causa del Coronavirus y la aceleración del cambio climático sin duda provocará más movimientos migratorios, muchos de ellos del “Sur hacia el Norte”. Biden parece ser consciente del desafío. Entre sus propuestas de política migratoria, está también realizar un encuentro con los dirigentes de México, Canadá, Guatemala, El Salvador y Honduras para coordinar esfuerzos.

RFI




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