Mundial (BM) informó que el impacto súbito y generalizado del COVID-19, y las
medidas de suspensión de las actividades que se adoptaron para contenerla han
ocasionado una drástica contracción de la economía mundial, misma que se
reducirá 5.2 por ciento este año.
En la edición
de junio del informe Perspectivas económicas mundiales del BM, sería la peor
recesión desde la Segunda Guerra Mundial, y la primera vez desde 1870 en que
tantas economías experimentarían una disminución del producto per cápita.
El documento indica
que a raíz de las graves distorsiones a la oferta y la demanda internas, el
comercio y las finanzas, se prevé que la actividad económica de las economías
avanzadas se contraerá siete por ciento en 2020. Mientras que
para los mercados emergentes y las economías en desarrollo (MEED) se contraerán
2.5 por ciento este año, su primera contracción como grupo en al menos 60 años;
para el caso de México, la baja será de 7.5 por ciento; puntualizó que la
disminución prevista en los ingresos per cápita, de 3.6 por ciento, empujará a
millones de personas a la pobreza extrema este año. El BM detalló
que los efectos están siendo particularmente profundos en los países más
afectados por la pandemia y en aquellos que dependen en gran medida del
comercio internacional, el turismo, las exportaciones de productos básicos y el
financiamiento externo. Si bien la
magnitud de las perturbaciones variará en función de la región, todos los MEED
acusan vulnerabilidades que se ven agravadas por las crisis externas. Incluso,
alertó que la suspensión de las clases y las dificultades de acceso a los
servicios primarios de atención de salud probablemente tengan repercusiones a
largo plazo sobre el desarrollo del capital humano. “Las
perspectivas dan mucho que pensar, ya que es probable que la crisis deje
cicatrices difíciles de borrar y que plantee complejos desafíos mundiales”,
señaló Ceyla Pazarbasioglu, vicepresidenta de Crecimiento Equitativo, Finanzas
e Instituciones del Grupo BM. Añadió que la
primera prioridad es abordar la emergencia mundial en materia sanitaria y
económica. Más allá de eso, la comunidad mundial debe unirse para lograr una
recuperación lo más sólida posible e impedir que más personas caigan en la
pobreza y el desempleo. Según las
previsiones de referencia, las repercusiones negativas a nivel mundial perderán
intensidad durante la segunda mitad del año y las perturbaciones a los mercados
financieros no se prolongarán en el tiempo, por lo que el crecimiento mundial
repuntaría 4.2 por ciento en 2021; 3.9 por ciento para las economías avanzadas
y 4.6 por ciento para los MEED. Sin embargo,
las perspectivas son sumamente inciertas y predominan los riesgos de que la
situación empeore, por ejemplo, la posibilidad de que la pandemia se prolongue
por más tiempo, de que ocurran agitaciones financieras o de que se produzca un
repliegue del comercio internacional y las relaciones de suministro. Se prevé que
la economía de los Estados Unidos se contraerá 6.1 por ciento este año a raíz
de las perturbaciones vinculadas con las medidas para controlar la pandemia; en cuanto a la
zona del euro, se estima que el producto caerá un 9.1 por ciento en 2020 debido
a las graves repercusiones que los brotes generalizados tuvieron sobre la
actividad.
Se prevé una retracción de 6.1 por
ciento en la economía del Japón, cuya actividad económica se ha desacelerado a
raíz de las medidas de prevención; mientras que para el caso de México, dijo el
BM prevé una caída de la economía de 7.5 por ciento; mientras que para 2021,
habría un crecimiento de 3.0 por ciento.
LVR