A todos nos ha pasado despertarnos un minuto o dos antes de que nos suene la alarma o el despertador. Es algo que suele ocurrir con más frecuencia de lo que creemos y aunque suele fastidiar bastante y nos hace pensar en que tal vez el universo está en contra de nuestro descanso, lo cierto es que tiene una explicación científica.
¿Por qué abrimos los ojos un minuto antes de que suene el despertador?
Despertarse un minuto antes de que suene la alarma y lamentar esos 60 segundos extra de sueño que hemos perdido es algo que tiene una sencilla explicación: todo se debe a que nuestro cuerpo se regula a sí mismo, sobre todo cuando llevamos un estilo de vida rutinario, acostándonos y despertando siempre a la misma hora ya que nuestro reloj biológico se acostumbra a nuestro tiempo, y nos despierta automáticamente sin necesidad de que tengan que sonar una molesta alarma.
Una cuestión de ritmo
El ritmo circadiano, que marca las horas de nuestro día, también gobierna nuestro ritmo de sueño-vigilia. Existen factores externos que lo afectan, como la oscuridad o la luz: cuando oscurece, nuestros ojos envían una señal al hipotálamo, la parte del cerebro que afecta el ritmo circadiano, y le dicen que es hora de sentirse cansado y dormirse. Por ello cuando seguimos una rutina, nuestro reloj biológico funciona mejor, de modo que es capaz de saber a qué hora abriremos los ojos por la mañana, así que nos prepara para despertar cambiando los niveles de proteínas PER (que varían durante las 24 horas, siguiendo el ritmo de nuestro reloj biológico) y nos permite entender gradualmente que es hora de salir de la cama.
¿Podemos prescindir de nuestro despertador?
Sabiendo que nuestro reloj biológico se va a encargar de «despertarnos» si de hecho tenemos que levantarnos cada día a la misma hora, quizás sea el momento de tirar de una vez por todas el despertador y de este modo, evitar el enfado que se produce en ese minuto antes en el que abrimos los ojos cuando está a punto de sonar, pero tampoco podemos fiarnos del todo de nuestro cuerpo.
Cierto es que si nos despertamos todos los días y nos vamos a dormir a la misma hora todos los días, el reloj biológico podría ser lo suficientemente preciso y confiable como para permitirnos retirar el despertador. Sin embargo, no olvidemos que muchas personas tienen sábados y domingos, que normalmente sirven para dormir un poco más y no tener que ceñirse a los horarios. Por ello, si nos acostamos tarde los fines de semana y nos quedamos en la cama más tiempo de lo normal, existe el riesgo de que el lunes nos durmamos si no ponemos el despertador Por lo tanto, es mejor que sigas configurando la alarma, pero cuidado: configura un volumen gradual o, mejor aún, opta por una alarma que simule la luz del amanecer. Evitarás sobresaltos y que no te fastidie tanto que suene si finalmente te despiertas un minuto antes.
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