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Por qué algunas bebidas alcohólicas no se congelan

Seguro que cada vez que deseas beber agua bien fría o una cerveza que esté helada, una de las soluciones será meter estas bebidas en el congelador midiendo los tiempos para que se refresquen sin que acaben congelándose. Lo mismo podemos hacer con una botella de vino, pero ¿sabías que no todas las bebidas tienen la capacidad para congelarse? O al menos es prácticamente imposible que lo logremos en el típico congelador que todos tenemos en casa. ¿A qué se debe esto? Descubre ahora el por qué algunas bebidas alcohólicas no se congelan.

Por qué algunas bebidas no se congelan

Como ya hemos mencionado, tanto la cerveza como el vino, son dos de las bebidas con alcohol que se suelen congelar a la mínima que nos descuidamos y las dejamos en el congelador más tiempo del necesario, pero no suele ocurrir lo mismo con el whisky o la ginebra y parece que la razón o el motivo está precisamente en la graduación de alcohol que lleva cada una de estas bebidas que hace que sea imposible ver ni tan siquiera una primera capa helada en el exterior de la botella.

De hecho, tanto el vino como la cerveza tienen una graduación mucho más baja que las bebidas mencionadas. Es más, podría decirse que tienen más agua que alcohol y por este motivo al meterlas en el congelador es fácil que se conviertan en hielo.

Sin embargo bebidas como el whisky, la ginebra, el coñac o incluso el jerez y el brandy llevan una graduación de alcohol que suele superar los 20 grados e incluso muchísimo más si tenemos en cuenta que tanto el whisky como el coñac superan sin problema los 40 grados de alcohol. Esto hace que sea bastante complicado que se acaben congelando o al menos necesitaríamos tener un congelador de alta potencia y que sea capaz de alcanzar una temperatura de más de -30 grados para que fuera posible comenzar a ver cómo se congelan.

El etanol presente en el alcohol y a una graduación como las señaladas requiere de un punto de congelación tan sumamente bajo que por mucho que dejes tu botella de ginebra favorita o una de Jack Daniels por ejemplo, en el congelador de casa durante horas, es posible que lo único que vas a conseguir es que esté algo más frío, aunque tampoco va a ser algo tan fuerte y tan rápido como lo que se logra al meter una cerveza o una botella de vino durante tan sólo media hora.


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