¿Alguna vez has notado que la mayoría de los menús diseñados para el Día de San Valentín incluyen fresas? Estas frutas, que por cierto están absolutamente fuera de temporada en febrero, son sin embargo el símbolo (junto con los bombones) de la fiesta de los enamorados pero ¿por qué motivo las fresas se asocian con el Día de los enamorados?.
Las fresas y San Valentín
Toda fiesta que se precie tiene su propio «emblema gastronómico»: basta pensar en el Carnaval que también vamos a celebrar en breve o en la Semana Santa y que en España lo asociamos a dulces como las estrellas fritas de Galicia o los frisuelos de Asturias; Halloween se asocia con la calabaza, la Navidad con los polvorones o el panettone.
Pero volvamos al día de San Valentín y las fresas : se han convertido en el símbolo por excelencia del romanticismo porque los antiguos romanos las asociaban con la sensual figura de Venus y por lo tanto potenciaron su poder afrodisíaco. La diosa del amor y la belleza quedó pues perfectamente representada por las formas suaves e inquietantes de los frutos rojos, su sabor envolvente y su color rojo vivo.
Las fresas eran evidentemente capaces de despertar una mezcla de sensaciones irresistibles en quienes las miraban y degustaban, despertando todos los sentidos de los enamorados . La siembra de fresas trajo a la mente símbolos de fertilidad mientras que las propiedades nutricionales contribuyeron a formar el mito: en otras palabras, parece que la buena concentración de antioxidantes y vitamina C en las fresas ayudó a mejorar el rendimiento bajo las sábanas.
Así, siempre que se celebra San Valentín se recurre a esta fruta «afrodisiaca» y romántica que sin embargo está fuera de temporada. De todos modos, debido a nuevas formas de cultivo, podemos encontrarlas en el mercado desde enero por lo que si deseas comprarlas este próximo 14 de febrero, ten la seguridad de que las encontrarás sin problema.
La unión de las fresas y el chocolate
Otro de los símbolos del Día de los enamorados es comer fresas pero con chocolate derretido. Un «invento» para el que habrá que esperar hasta 1964 cuando Lorraine Lorusso, de Chicago quería atraer clientes a su tienda gourmet y con ello aumentar las ventas. Así, se le ocurrió la idea de sumergir fresas frescas en chocolate derretido, las endureció y las puso a la venta. El éxito fue inmediato y satisfactorio. Desde entonces, estos dos alimentos afrodisíacos van de la mano especialmente en San Valentín.
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