En los hogares españoles, el roscón de Reyes es una tradición deliciosa. Es, junto con la espera de los Reyes Magos, uno de los elementos que marcan el fin de la época navideña. Pero pocos conocen el por qué de esta costumbre que se remonta a antes del año 1300.
La tradición de comer un bollo de forma de rosca para celebrar la llegada de los tres Reyes Magos a Belén data del siglo XI, pero pasaron 300 años para que esta costumbre llegara a España.
¿Cuál es el origen del roscón de Reyes?
En sus inicios, esta celebración se conocía como “el Rey del Haba” y consistía en elegir a un niño pobre y colmarle de regalos. En los hogares, se preparaba un roscón y dentro se colocaba una haba o judía. A quien le tocaba el trozo que la contenía, era elegido como rey y presidía la mesa.
Se cree que el origen de esta tradición se remonta a las Saturnales, la fiesta pagana romana dedicada a Saturno, cuando los días comenzaban a ser más largos tras el solsticio de invierno. Los romanos preparaban entonces unas tortas redondas con frutos secos y un haba, y las repartían entre los plebeyos y los esclavos. A quien le tocaba el haba, era nombrado “rey de reyes”.
En la actualidad, el roscón puede esconder el haba y también otros objetos, como una moneda y juguetes. Esta es una tradición que Felipe V aprendió en Francia, y la seguía para contentar al pequeño Luis XV.
Hoy en día es común que el roscón de Reyes se compre hecho, pero todavía algunos hogares siguen la tradición de prepararlo de forma casera. Este es un bollo de masa dulce aromatizado con agua de azahar y decorado con frutas secas, confitadas y, en ocasiones, relleno de crema o nata montada e incluso chocolate.
Si lo quieres hacer en casa, comienza colocando harina tamizada en un recipiente grande, agrega azúcar y levadura fresca. Revuelve, haz un hueco en el centro y añade huevos uno a uno junto con una pizca de sal, el licor de naranja, la ralladura de naranja y limón y el agua de azahar. Amasa bien hasta formar un bolo que se despegue del recipiente, agrega la mantequilla y continúa amasando durante 10 minutos.
Una vez que termines de hacer la masa, cúbrela con un film transparente y déjala que repose hasta que duplique su volumen. A continuación, rompe la masa con las manos para quitarle el aire, forma con ella una bola y colócala en el refrigerador durante 4 horas. Pasado ese tiempo, crea la forma del roscón, colócalo sobre una fuente de horno enmantecada y píntala con huevo batido.
Antes de hornear, espolvorea por encima azúcar en grano, frutas escarchadas, almendras y otros frutos secos. Hornea el roscón de reyes durante 35 minutos a 175 grados. Una vez listo, déjalo que se enfríe antes de servirlo.
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