El hámster ruso es uno de los animales domésticos más populares entre los pequeños. Su tamaño reducido, el poco cuidado que necesita y lo gracioso que es verlo corriendo en la noria lo convierten en una mascota perfecta. Pero el hámster ruso guarda un oscuro secreto… ¡se come a sus hijos! Este comportamiento caníbal, que no es algo único de este animal, puede sorprender. Además, si añadimos el infanticidio esto se vuelve todavía más extraño.
Los científicos han estado estudiando qué lleva al hámster a cometer este crimen atroz. Tras muchos estudios, han elaborado tres teorías de por qué el hámster se come a sus crías.
Instinto de preservar la especie
Puede sonar contradictorio, pero tiene su lógica. Los padres, al ver a las crías más débiles, piensan que no van a tener oportunidad de sobrevivir en el futuro. Este instinto se mantiene en el ADN generación tras generación, por lo que, incluso las especies domésticas, pueden llegar a ello. Así los padres también se aseguran que solo los más fuertes sobrevivirán que, al fin y al cabo, es la ley que impera en la naturaleza.
Sacrificio por la camada
Un hámster suele tener entre cuatro y ocho crías, pero puede llegar a tener 12. Ante camadas grandes, la madre puede temer por poder alimentar a todos. Por ello, sacrificaría a algunos de sus hijos para poder cuidar al resto.
Recuperar fuerzas
De la misma forma que lo anterior, la idea está en la supervivencia de la mayoría de los hijos. La madre se comería a algunas de sus crías para poder recuperar fuerzas tras el parto. Sería un sacrificio de unos pocos por el bien común.
No reconoce a la cría
Aunque durante las primeras semanas las crías son débiles y ni siquiera tiene desarrollada la vista, puede que haya alguna que salga del nido. De ser así, la madre podría no contar con ella como parte de su camada, viéndolo con un alimento con el que recuperar fuerzas.
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