Con el fin de ahorrar agua, un bien escaso que debemos preservar, muchas personas aprovechan y hacen varias acciones con la misma agua. Pero, los expertos comentan que es mejor no cepillarte los dientes en la ducha.
Como vemos, sea para ahorrar tiempo, o por qué no agua, son muchas las personas que optan por cepillarse los dientes mientras se están duchando. Sin embargo, a pesar de que ésta podría parecer una costumbre inofensiva, es un hábito que deberíamos intentar dejar de lado.
Una vez que conozcas los motivos por los cuales no realizar esta acción, seguro dejarás de hacerlo.
¿Por qué es mejor no cepillarte los dientes en la ducha
El principal problema de esta técnica es que la temperatura del agua de la ducha es elevada, y puede provocar daño a las cerdas del cepillo que usamos para lavarnos los dientes. Una vez deteriorado el cepillo, las probabilidades de sufrir lesiones en las encías aumentan y con ellas el sangrado y las molestias.
El ambiente húmedo que caracteriza la ducha por el vapor de agua puede reducir la vida útil del cepillo de cuatro a sólo dos meses. No importa de qué marca sea, el cepillo va a durar menos tiempo. Si además es uno que nos ha costado más, entonces estarás echando a perder tu dinero.
También recuerda que debes guardarlo siempre en lugar seco y fresco, y la ducha no cumple con ninguna de dichas condiciones. Solamente de ese modo puedes asegurarte de que las bacterias no proliferen entre las cerdas y acaben en tus piezas dentales.
Tampoco se ahorra agua
Lo curioso es que, según los estudios, ni siquiera estamos evitando el desperdicio de agua al cepillarnos los dientes en la ducha. Mientras que cepillarnos los dientes nos lleva apenas dos minutos en el fregadero, nos usamos hasta cinco minutos al ducharnos. Por tanto, puede que estemos desperdiciando muchísimos litros de agua creyendo que hacemos un bien (con dos acciones a la vez) cuando es todo lo contrario.
Cómo mantener mejor el cepillo de dientes
- Para que puedas cuidar este cepillo, y de paso, los dientes, hay que seguir una serie de factores.
- Por un lado, guardarlo en un lugar fresco y siempre limpio porque es algo que usamos en la boca a diario.
- Debes limpiarlo cada vez que lo uses
- El cepillo no es eterno y hay que cambiarlo cada tres meses, de lo contrario se estropea y los dientes no se quedan tan limpios como deberían.
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