¿Por qué fue tan importante para la historia?

La discriminación que resquebrajó por completo la sociedad estadounidense en la década de 1950 encontró en un joven de Atlanta el líder que durante tanto tiempo había necesitado. Un firme defensor de los derechos civiles, capaz de enfrentarse a todo y a todos sin recurrir a la violencia que siempre desencadenó su mayor oponente: el racismo. La justicia social y la honradez que años más tarde caracterizarían a Martin Luther King mostraron ya sus primeros vestigios en su adolescencia. Hijo de un ministro baptista, King estudió Teología en la Universidad de Boston, tomando muy pronto conciencia de la segregación social que vivían los afroamericanos en su país.

Mahatma Gandhi fue su ejemplo a seguir en la lucha por la defensa de los derechos civiles. Siempre respaldado por métodos pacíficos, King inició su andadura tras la detención injustificada de Rosa Parks, compañera en la causa, quién tomó asiento en la sección reservada para blancos de un autobús. Su fama subió como la espuma, encabezando multitud de asociaciones, congresos y conferencias pacifistas a lo largo y ancho del país.

Martin Luther King
La lucha de Martin Luther King quedó interrumpida por su asesinato en 1968.

Durante su carrera presidencial, John Fitgerald Kennedy se convirtió en uno de sus máximos apoyos, logrando la igualdad de acceso en bibliotecas, estacionamientos y comedores. Un importante movimiento que quedó paralizado por el asesinato del ya Presidente de los Estados Unidos, durante una visita a la ciudad de Dallas.

«I have a dream»

En el verano de 1963, la lucha de Martin Luther King alcanzó su momento culmen al encabezar una protesta pacifista por las calles de Washington. Más de 250.000 personas acudieron a la marcha, donde el activista pronunció el discurso más inspirador de toda su carrera: ‘I have a dream’. Este hermoso alegato defendía la paz y la igualdad entre los seres humanos, un mensaje de increíble valor ético que le valió el Premio Nobel de la Paz en 1964.

Todos sus esfuerzos quedaron pronto manchados con la aparición de grupos nacionalistas de color contrarios a la integración y defensores de la violencia como motor del cambio. Poder Negro, Musulmanes Negros, Panteras Negras… Todos ellos hicieron tambalear los cimientos levantados por Martin Luther King. No obstante, él continúo firme a la causa, liderando en 1965 una larga manifestación en Selma, lugar donde días antes la crueldad racista golpeó a sus ciudadanos.

Martin Luther King
King lideró durante un centenar de kilómetros la manifestación en Selma.

Lamentablemente, la lucha de Martin Luther King tuvo un final trágico. El 4 de abril de 1968 fue asesinado en Memphis por un delincuente de raza blanca: James Earl Ray. Una ola de violencia sacudió todo el país tras el funeral del célebre activista, fiel ejemplo de la dignidad humana y la igualdad racial que todavía a día de hoy intenta encontrar su hueco en el mundo. «Sueño que mis cuatro hijos pequeños vivirán algún día en una nación donde no se les juzgará por el color de su piel sino por las cualidades de su carácter», citó King en su insigne discurso.


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