En pleno siglo XXI hay un detalle que no pasa desapercibido, el lazo en la parte delantera de las bragas. Este hecho solo se produce en la ropa interior femenina y según parece tiene una explicación. Más allá de ser un tema estético hay algo que va un poco más allá, su funcionalidad. Una tradición, la de poner un lazo que tiene un origen muy marcado, encontrar unas braguitas sin lazo hoy en día no es fácil y el motivo es este.
Motivos por los que las bragas tienen un lazo en la parte delantera
En el siglo XIX se produjo la llegada masiva de la ropa interior a los hogares. Hasta estas fechas era un bien lujo escaso, no todo el mundo llevaba bragas o calzoncillos. Con la industrialización y un aumento de las prendas que se podían realizar en talleres especializados, las bragas se convirtieron en un imprescindible.
Las primeras bragas no tenían elástico, por lo que se ajustaban al cuerpo con una cuerda y un lazo que ayudaba a sujetarlas. En aquellos tiempos no era un tema estético, sino totalmente funcional, el lazo cumplía una función.
Poder atrase las bragas como si fuera un corsé era sinónimo de clase alta. Por lo tanto, cuanto más bonito era el lazo, más capacidad adquisitiva tenía la dueña de estas prendas íntimas. Era importante en esos tiempos que fueran muy bonitos.
Con la llegada del elástico se mantuvo el lazo, cuentan algunos expertos que servía para identificar la parte delantera de la trasera. En el caso de la ropa interior femenina la diferencia podría llegar a ser mínima en los primeros diseños.
Hoy en día sirve para camuflar cualquier error en la costura de una prenda. Se coloca el lazo para tapar algunas imperfecciones, pero en esencia siempre está presente como un recuerdo de aquellas primeras bragas que hicieron de la ropa interior una prenda básica.