Los aviones son el medio de transporte más seguro del mundo. Eso no quiere decir que no tenga contratiempos o que ocurran catástrofes cada cierto tiempo. Las medidas de seguridad a la hora de volar son extremas sobre todo porque a la altura que vuela un avión las condiciones son muy diferentes a las que tenemos en tierra firme.
Una de esas medidas de seguridad más curiosas son las ventanas de los aviones. Estamos acostumbrados a que podemos ver todo el paisaje que sobrevolamos desde las ventanillas, pero jamás se podrán abrir ninguna de ellas por motivos de seguridad.
Ventanas cerradas
Hay que tener en cuenta que que un avión comercial suele volar a unos 11 mil metros de altura regularmente. La presión del aire pierde una cuarta parte si la comparamos a la hora de volar sobre el mar. Por tanto, esta presión también se ve reflejada en la temperatura exterior que se sitúa en menos de 51 grados Celsius.
La atmósfera en este caso adelgaza con la altura, las moléculas de aire se concentran en la cercanía del suelo, por eso, si pudiéramos abrir las ventanillas del avión solo estaríamos condenados a una coas: la muerte.
Es por esto que es muy peligroso que las ventanas de un avión se abran, en consecuencia no existe esta posibilidad en ningún vuelo comercial del mundo. Las cabinas de los aviones deben estar presurizadas, gracias a esto, las personas podemos respirar en estas alturas y no quedarnos sin oxígeno una vez subimos sobre los 11 mil metros.
Cuando quisiéramos abrir una ventana, si existiese esa posibilidad, el aire del exterior haría que la presurización se perdiese, y por lo tanto, el oxígeno se perdería dentro del avión.
Esta presurización se logra gracias al bombeo de aire comprimido que el propio medio de transporte inyecta en la cabina del avión. Este aire comprimido, aspirado, está calentado por los motores de las turbinas del avión y funciona gracias al fuselaje hermético que tienen estos vehículos del aire.
Si este fuselaje se abriese causaría estragos en la respiración general de los pasajeros, incluyendo a los pilotos, y el avión estaría en peligro durante el vuelo. Se trata de una medida básica de seguridad que todos los aviones comerciales tienen ya que de ello depende la vida de muchos pasajeros.
Solo nos queda mirar por la ventana y disfrutar del paisaje desde aire, pero sin sacar la cabeza para respirar en el exterior.
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