El pasado 24 de enero, la infanta Cristina e Iñaki Urdangarin anunciaron su separación a golpe de comunicado, dejando claro que su relación matrimonial quedaba interrumpida desde ese momento. Una noticia que se veía venir de lejos, pues justo una semana antes se filtró una fotografía del exduque de Palma dando la mano a otra mujer. El golpe de muerte de su historia de amor. Desde ese momento, ambos tomaron caminos diferentes y, mientras la hija de don Juan Carlos encontró su refugio en la familia, el exjugador de balonmano dio rienda suelta a su romance con la mujer que ha conseguido robarle el corazón, Ainhoa Armentia.
Sin embargo, cuando parecía que el todavía cuñado del rey Felipe estaba viviendo uno de los momentos más bonitos y románticos de su vida, unas fotografías -con las lágrimas como protagonistas- han hecho tambalear esta teoría. Tras disfrutar de unos días de descanso en su querida Bidart, el exmarido de la Infanta ha sido pillado por las cámaras de Gtres con lágrimas en los ojos. Un llanto desconsolado que Ainhoa ha intentado calmar sin éxito alguno. Según lo relatado por Diez Minutos, Urdangarin se dirigió con su coche al despacho de abogados en el que trabaja su pareja, Imaz & Asociados, y aparcó en una calle antes de llegar. Cuando la abogada se subió al vehículo, el exduque comenzó a explicarle algo -hasta ahora desconocido- con una angustia tal que no pudo evitar romper a llorar. Pero, ¿cuál es el motivo de su tristeza?
Desde que estas instantáneas salieran a la luz, muchas han sido las teorías que han intentado darle sentido a sus lágrimas. Una de las primeras periodistas en pronunciarse al respecto fue Rosa Villacastín, quien aseguró que el exduque de Palma está viviendo una situación cuanto menos complicada. Al parecer, este bache sentimental se podría deber al divorcio con la infanta Cristina, lo que habría llevado a la Casa Real a ponerle una serie de condiciones para evitar riesgos. “Imagina que llama una editorial a Urdangarin para que cuente sus memorias. A lo mejor cuenta cosas que no interesan a la Casa Real o a la Infanta. Creo que le están poniendo muchas condiciones”, comentó en La Sexta. Asimismo, Rosa aseguró que la hija de doña Sofía visitó hace unos días a su exsuegra, algo que no habría sentado bien al deportista: “Me imagino que está mucho más relacionado, por lo que a mí me dicen, por la situación de la Infanta, que ha ido al País Vasco a ver a su suegra. La quiere mucho y sigue teniendo muy buena relación con ella. Pero claro, es muy difícil compaginar todas esas relaciones en un espacio tan pequeño”. Desde Look, se puede asegurar que ese encuentro entre suegra y nuera todavía no se ha producido. La infanta Cristina en ningún momento ha coincidido con la madre de Iñaki durante su estancia en Bidart, tal y como ha confirmado la periodista Sandra Aladro.
Otra hipótesis que se ha barajado mucho ha sido la ofrecida por Carmen Duerto, especialista en Casa Real, en Sálvame. Al parecer, su paso por la cárcel habría hecho mella en el exduque y ahora, de vuelta a la realidad, el mundo se le habría quedado grande. “Es un hombre que ha estado dos años metido en una prisión, voluntariamente, sin presos. Ha elegido una prisión él solo y aislado. Ha leído casi 170 libros y ha hecho ejercicio”, comenzó explicando, dejando claro que era muy diferente la idea que uno tiene del mundo después de la prisión a lo que realmente es. Y es que, por si fuera poco, la presión mediática a la que se ha visto sometido desde su libertad y tras hacerse pública su nueva ilusión, ha terminado por hacer mella en él. Pero el colofón de su crisis sentimental ha sido su divorcio, pues no está siendo un proceso fácil para ninguno de los dos: “Tiene mucha presión, no solo la que él puede sentir, es doble por la que siente por sus cuatro hijos. Son muchos los elementos añadidos a esta tensión. Llora porque está al límite, hay un acoso y derribo contra él y necesita tratamiento”.
Y en tercer lugar, pero no menos importante, otro de los rostros conocidos expertos en Palacio, Mariángel Alcázar, ha dado una versión diferente. “Tiene una vulnerabilidad emocional desde hace meses. Es un hombre que está herido. Quizá no haya ninguna razón concreta, pero sí su propia vulnerabilidad”, indicó en El programa del verano. Un punto de vista que deja la puerta abierta a todo tipo de interpretaciones. Sea como fuere, lo que está claro es que no es oro todo lo que reluce y que Iñaki, lejos de aparentar estar viviendo su época más dorada, no está pasando por un buen momento personal.