¿Por qué no es buena idea casarse un viernes?

Casarse un viernes está cada vez más de moda y aunque no quieren que se sepa en tu trabajo, quizás no sea una buena idea hacerlo. Dependiendo del día que nos casemos, ya sea laborable o no, afecta directamente en el permiso que tenemos. Es decir, deberemos tener en cuenta que se avanzará en un proceso para el que según la ley debemos ir paso a paso, hasta el final de nuestros días libres. Toma nota si buscas fecha para casarte en viernes qué pasará con tu trabajo.

Los motivos por los que no es una buena idea casarse un viernes

Antes de poner fecha y empezar a preparar este día tan importante del año, debemos tener en cuenta qué dice la ley. El Estatuto del Trabajador es la guía que debemos tener en cuenta para saber en todo momento cuáles son nuestros derechos. Según el artículo 37.3: “el trabajador, previo aviso y justificación, podrá ausentarse del trabajo, con derecho a remuneración, por alguno de los motivos y por el tiempo siguiente”.

Entre los supuestos casos debemos buscar el que se refiere a nuestro día especial: “quince días naturales en caso de matrimonio”. Los días naturales son laborables y no festivos, por lo que dependiendo del día de la boda, empezarán a contar en un momento determinado u otro. Hay que tener en cuenta el momento en el que se iniciarán estos días.

Si nos casamos en viernes, será el primer día laborable en el que empezaremos a contar. Es decir, será ya el que empiece nuestra baja. En cambio, una boda en fin de semana hace que sea el primer día laborable el que se inicie a partir del lunes siguiente. Es decir, ganaremos un día más.

Para el trabajo quizás nos interese, pero para los restaurantes no. Al ser un día que no es festivo podemos encontrar algunas buenas ofertas. Los restauradores se adaptarán a cualquier día de la semana que quizás no tendrían tan lleno como con una boda, que, además implica un dinero extra en los menús.

El amor lo puede todo y en este caso, debemos tener en cuenta que es el momento que decidamos nosotros. Más allá de un día menos de permiso en el trabajo o un precio más barato en el restaurante. Deberemos quedarnos con el día que nos toque el corazón.


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