Las posibilidades de que un avión se estrelle son (¡afortunadamente!) muy escasas. Según un estudio de 2006 realizado por un profesor de Harvard, las probabilidades de morir en un accidente aéreo son de 1 entre 11 millones . Sin embargo, a pesar de que estos datos son un buen augurio, ¿Por qué no hay paracaídas en los aviones para todos los pasajeros para mayor seguridad?.
¿Por qué no hay paracaídas en los aviones para todos los pasajeros?
Las razones son muchas y todas igualmente válidas. La primera ciertamente se refiere a los costos. Colocar un paracaídas debajo de cada asiento ocuparía mucho espacio, agregaría mucho peso extra al avión y necesitaría controles de mantenimiento de rutina para verificar la integridad de los dispositivos, todo lo cual haría que los vuelos fueran mucho más costosos y menos accesibles. Algo que se traduciría en que tendríamos que pagar mucho más por un billete de avión.
Otra razón, ciertamente muy válida, es que los pasajeros no están entrenados para usar un paracaídas y sin entrenamiento serían incapaces de usar bien este dispositivo y tampoco podrían aprender a hacerlo bien en el poco margen de tiempo que posiblemente tendrían para usarlo. Por otro lado, no existe una manera fácil de saltar de los aviones de pasajeros típicos y de hecho, estos se tendrían que rediseñar completamente para que las salidas fueran aptas para saltar desde ellas con paracaídas. El motivo para esto es bien simple: saltando desde la entrada estándar, el paracaidista podría golpear la cola o el ala por lo que todos y cada uno de los vuelos comerciales, tendrían que se instalar una plataforma de lanzamiento en la parte trasera de la cabina, lo que nuevo aumentaría los costes de viajar en avión.
Pocas posibilidades de salvarse
Considerando lo absurdo de que cada pasajero tuviera un paracaídas a su disposición y que pudiera usarlo, las posibilidades de salvación de cada persona en el avión siguen siendo bajas. Para un aterrizaje seguro, las personas tendrían que estar en una situación óptima, de modo que tendrían que estar a la luz del día y con tiempo para evacuar adecuadamente a todos los pasajeros. Dos factores que no suelen producirse, desgraciadamente, cuando ocurre el accidente aéreo de un vuelo comercial.
En definitiva, ciertamente la opción del paracaídas no parece ser la óptima, de modo que no nos queda otra que confiar más en la tecnología que está haciendo que los accidentes aéreos sean cada vez más raros.
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