El 8 de noviembre se celebra el Día Mundial del Urbanismo. Una fecha que se conmemora en más de 30 países de cuatro continentes.
Surge para promover qué papel tiene la planificación en la creación y manejo de comunidades urbanas sostenibles, algo que ha cambiado de forma exponencial en los últimos años.
Este día se celebra el 8 de noviembre porque ya en el año 1934, el urbanista Ingeniero Carlos Maria della Paolera, primer catedrático de Urbanismo en Argentina, estableció el símbolo del Urbanismo y en 1949 tuvo la iniciativa de crear el Día Mundial del Urbanismo.
La celebración está organizada actualmente por la Organización Internacional del Día Mundial del Urbanismo, con Comités Permanentes en cada país que se adhirió a esa conmemoración.
Según las Naciones Unidas, las ciudades son hervideros de ideas, comercio, cultura, ciencia, productividad, desarrollo social y mucho más. En 2015, cerca de 4.000 millones de personas vivía en ciudades y se prevé que ese número aumente hasta unos 5.000 millones para 2030. Ahora bien la organización apunta a que es necesario mejorar, por tanto, la planificación y la gestión urbanas para que los espacios urbanos del mundo sean más inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles.
Las naciones unidas establece metas sobre este tema en la agenda 2030: como asegurar el acceso de todas las personas a viviendas y servicios básicos adecuados, seguros y asequibles y mejorar los barrios marginales para este año o aumentar la urbanización inclusiva y sostenible y la capacidad para la planificación y la gestión participativas, integradas y sostenibles de los asentamientos humanos en todos los países.
Algunos datos interesantes
El 95% de la expansión de los terrenos urbanos en las próximas décadas tendrá lugar en el mundo en desarrollo.
Actualmente, 883 millones de personas viven en barrios marginales y la mayoría se encuentran en Asia oriental y sudoriental.
Las ciudades del mundo ocupan solo el 3% de la tierra, pero representan entre el 60% y el 80% del consumo de energía y el 75% de las emisiones de carbono.
La rápida urbanización está ejerciendo presión sobre los suministros de agua dulce, las aguas residuales, el entorno de vida y la salud pública.
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