¿Por qué se hacen regalos por San Valentín? Aunque parezca que es un invento capitalista de los últimos tiempos, en realidad es una tradición que se celebra desde hace varios siglos, cosa rara, pero real.
Así que no, San Valentín no es un invento comercial que han creado las grandes superficies y las marcas para incentivar el consumo en estas fechas. En realidad, solo han cogido un día que ya existía y la ha potenciado hasta el máximo, pero no es cosa suya ni de los últimos 50 años.
Pero sí que es cierto que el Día de los Enamorados cogió gran protagonismo a mediados del siglo XX, no obstante, su procedencia es muy antigua, ya que se celebraba en tiempos del antiguo Imperio Romano.
Por qué se hacen regalos por San Valentín
En realidad, lo de hacer regalos por San Valentín por el Día de los Enamorados no tiene mucho sentido una vez conocemos la historia de este santo. Él fue un sacerdote que ejercía en la Roma del Siglo III bajo mandato de Claudio II. Fue este emperador el que decidió prohibir por decreto las bodas entre jóvenes con la excusa de que los hombres eran mejores soldados si no tenían ataduras amorosas.
San Valentín, desafiando al emperador, casaba en secreto a parejas de enamorados, algo que llegó a oídos de Claudio II, quien apresó al sacerdote para martirizarlo y ejecutarlo el 14 de febrero del año 270.
En España, a pesar del trágico final del santo, asociamos esta fecha al amor, en otros países lo extienden a la amistad. No obstante, la tradición del regalo se ha extendido por todo el mundo, aunque cada nación tiene sus particularidades. Por ejemplo, en Japón, las chicas regalan chocolate a los hombres que conocen, no obstante, el más especial va para su enamorado.
En España, la tradición del regalo es más cercana, ya que sí que procede del esfuerzo comercial de las grandes superficies por hacernos comprar detalles y tarjetas de felicitación para estas fechas.
Sea como fuere, y sin ánimo explícito de potenciar el consumismo, la ciencia informa de los beneficios de regalar, aunque no siempre hace falta un pretexto. Los estudios avalan que recibir un presente activa áreas del bienestar del cerebro que también se ponen en funcionamiento cuando regalamos, lo que nos hace sentir mejor.
Así que, si te apetece, no lo dudes, regala a tus amigos, familiares y seres allegados. ¡A nadie le amarga un dulce!
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