Muchos son los que creen que en la suerte como una especie de destino que el mundo te tiene reservado para el trascurso de tu vida. Pues bien, todas estas personas no estarán muy tranquilas en el día de hoy. Sí, por si no te habías dado cuenta es viernes 13, una jornada en la que los más supersticiosos tocan madera y donde el color amarillo, los gatos negros y los espejos rotos están completamente vetados. Incluso existen una enfermedad documentada, la parascevedecatriafobia, basada en el miedo irracional al viernes 13. A continuación te mostramos el verdadero origen de una superstición que se ha mantenido con el paso de los años ¡No te lo pierdas!
La historia y las supersticiones están mucho más relacionadas de lo que parece en un principio. El viernes trece guarda un origen mucho más tenebroso que las típicas supersticiones de la actualidad. Todo se remonta hasta el viernes 13 de octubre de 1307, un época en la que el rey Felipe IV de Francia ordena la captura y la quema de todos y cada uno de los caballeros Templarios. La acusación bajo la que se someten es herejía, una de las más graves, sino la que más, de una época en la que las religiones lo eran todo para la sociedad.
Las torturas, los desmembramientos y las muertes sufridas se volvieron en contra de unos Templarios cuya existencia llegaría a su fin después de unos años en los que esta «caza de brujas» se convirtió en la más importante de las misiones de Felipe IV.
Una fecha maldita
El hecho de los caballeros Templarios es el primero documentado, pero no el último, que se relaciona con el viernes 13. Una serie innumerable de desdichas han convertido a este día en una fecha señalada para los más supersticiosos.
Si seguimos con el ámbito de las religiones, esta fecha tiene una estrecha relación con el invitado numero 13 de la Última Cena de Jesucristo. Es decir, Judas, el apóstol número trece que traicionó a Jesús, según la Biblia, y que se define como el peor de los augurios para le creyente supersticioso. Sin olvidarnos que la propia crucifixión de Jesús tuvo lugar un viernes. Asimismo, en las antiguas creencias escandinavas, el número trece es el que simboliza el Apocalipsis.
Otro de los aspectos más destacados que ha conseguido imponer el viernes 13 como una fecha maldita es el conocido libro de Lawson. Se trata de una narración oscura relacionada con Wall Street cuyo protagonista genera bonanzas y caídas en el mercado para vengarse de sus enemigos, dejando a muchos en la miseria y la ruina.
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