La envidia es considerada una emoción negativa, aunque es normal en los seres humanos. Pero la diferencia entre que este sentimiento sea nocivo o no para nosotros y para los demás, es lo que decidamos hacer con él.
Si damos rienda suelta a la envidia, esto puede ser muy nocivo para nosotros. Puede dañarnos emocionalmente, nos hace sentirnos frustrados e infelices y hasta puede ocasionarnos enfermedades.
¿Por qué la envidia nos perjudica?
Es indudable que la envidia es un sentimiento malsano que desencadena una serie de emociones negativas y que nos hacen daño: la culpa, los celos, la vergüenza, el resentimiento y hasta el odio.
Además, al implicar un deseo de ser como otra persona o tener algo que ella posee, nos hace sentir angustia y un sentimiento de inferioridad que nos afecta de forma muy negativa.
Dejar que este sentimiento se prolongue en el tiempo es aún más perjudicial, puede causarnos problemas emocionales graves y también enfermedades. La envidia y todo lo que ella implica para nuestra mente provoca estrés, ansiedad, nuestro cuerpo segrega mayor adrenalina, más jugos gástricos y aumenta nuestro ritmo cardíaco.
Generalmente el sentimiento de envidia surge de la baja autoestima, pero es posible manejarlo, no solo evitando la envidia sino también auto- ayudándonos a sentirnos más seguros con nosotros mismos.
Si al aparecer un sentimiento de envidia lo mantienes en tu mente e imaginas cómo sería tener el objeto, ser como una persona, vivir de tal manera, te sentirás inseguro. Por el contrario, si al asomar esa emoción comienzas a pensar en las cosas buenas que tienes, el sentimiento desaparecerá.
Es importante tener en cuenta que es muy común que las personas envidien algo que en realidad sobrevaloran. Un típico ejemplo son las personas con pelo lacio, que desean tenerlo ondulado, y la personas con cabello rizado, que desean tener el pelo liso.
Hay un refrán que dice “siempre es más verde el césped del vecino” y generalmente los humanos lo aplicamos mucho en relación con la envidia.
En otros casos, las personas interpretan un suceso como una injusticia, como en el caso de un premio o un ascenso, creyéndose merecedores de él. También sucede cuando vemos a una persona con un coche hermoso y pensamos “¿por qué él lo tiene y yo no?”. Este tipo de envidia es también ocasionado por baja autoestima y por una sensación de frustración en nuestra vida.
Pero los celos no solo nos perjudican a nosotros, sino que en ocasiones se vuelven peligrosos. Una persona insegura, con baja autoestima y con problemas mentales puede tomar medidas violentas contra el envidiado o vengarse de lo que él cree es injusto, solo por su envidia.
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