Portugal sufre desde hace cuatro días una oleada de incendios, que ya ha afectado a cerca de 6.400 hectáreas y que podría agravarse con las condiciones meteorológicas que se prevén para los próximos días, con vientos intensos, noches tropicales y temperaturas que superarán los 40 grados en numerosas zonas, que además se suman a la situación de sequía que atraviesa el país. “Evitar lo peor significa enfrentarnos a una conjugación de factores que es, tal vez, la peor que hay desde Pedrógao Grande”, destacó el ministro del Interior, José Luís Carneiro, en alusión al siniestro que causó la muerte de 66 personas en junio de 2017.
Portugal sufre desde hace cuatro días una oleada de incendios, que ya ha afectado a 2.500 hectáreas y que podría agravarse con las condiciones meteorológicas que se prevén para los próximos días, con vientos intensos, noches tropicales y temperaturas que superarán los 40 grados en numerosas zonas, que además se suman a la situación de sequía que atraviesa el país. En la imagen, un vecino de Caneças, a las afueras de Lisboa, intenta sofocar con una manguera las llamas que amenazan una vivienda, el domingo 10 de julio.
MARIO CRUZ (EFE)Dos vecinos de Caneças sacan agua de una piscina para intentar sofocar el fuego que amenaza sus viviendas, este pasado domingo. MARIO CRUZ (EFE)Vecinos de Caneças montan una cadena humana con cubos de agua para intentar apagar las llamas que amenaza sus viviendas.MARIO CRUZ (EFE)El Instituto del Mar y de la Atmósfera ha declarado para este lunes la alerta naranja por altas temperaturas en 8 de los 18 distritos del país y prevé un agravamiento para el martes, cuando todos pasen a estar en alerta naranja, a excepción del Algarve. El organismo prevé que las altas temperaturas continuarán hasta el final de la semana. En la foto, el humo cubre la localidad de Caneças, a las afueras de Lisboa. MARIO CRUZ (EFE)Bomberos trabajan en las labores de extinción en Cruzinha, Alvaiazere (centro de Portugal), el domingo 10 de julio. El incendio forestal comenzó el pasado 7 de julio. PAULO CUNHA (EFE) Unos 700 bomberos, 222 vehículos y siete aeronaves trabajan en la extinción del incendio que azota la región de Alvaiazere.
PAULO CUNHA (EFE)Vecinas de Cruzinha, Alvaiazere (centro de Portugal) se protegen contra el humo, mientras los bomberos trabajan en las labores de extinción el domingo 10 de julio. PAULO CUNHA (EFE)Para reforzar la lucha contra el fuego, el Gobierno portugués activó desde esta pasada medianoche y hasta el próximo viernes la “situación de contingencia”, el primero de los tres niveles de alerta que se contempla en la Ley de Bases de Protección Civil y que refuerza a los medios que trabajan en la extinción. En la imagen se aprecia una columna de humo en el incendio de Caneças, el pasado domingo.
MARIO CRUZ (EFE)Hasta la tarde del domingo estaban activos 107 incendios, que se concentraban en los distritos de Oporto (34), Lisboa (13) y Braga (8), y que han causado una quincena de heridos. De forma preventiva se evacuaron varias aldeas. En la foto, un hombre observa el fuego forestal que amenaza las viviendas en Caneças, Lisboa, este domingo. MARIO CRUZ (EFE)Bomberos enfrían el suelo en Cruzinha, Alvaiazere, durante las labores de extinción, el 10 de julio de 2022. PAULO CUNHA (EFE) La Cámara Municipal de Lisboa, una de las que se encuentra en alerta naranja por las altas temperaturas, ha cancelado todos los eventos en los parques de la ciudad y ha limitado el tráfico en Monsanto, el gran pulmón verde de la capital, hasta el viernes 15. En la foto, vecinos de Caneças lanzan agua para apaciguar el fuego que amenaza sus viviendas. MARIO CRUZ (EFE)Portugal activó el Mecanismo Europeo de Protección Civil para solicitar asistencia de emergencia en la zona central del país y recibió la ayuda de dos aviones anfibios procedentes de España, que se sumaron a los 60 del dispositivo luso. En la imagen, medios aéreos trabajan en el incendio de Cruzinha, Alvaiazere, el 10 de julio.
PAULO CUNHA (EFE)El agravamiento de la situación en los últimos días ha hecho que el primer ministro, António Costa, y el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, suspendiesen sus viajes oficiales a Mozambique y Nueva York. En la imagen, una vivienda de Freixianda (centro del país) arrasada por el fuego en una fotografía tomada el 10 de julio. PATRICIA DE MELO MOREIRA (AFP)Un bombero trabaja en las labores de extinción en Casais do Vento, Alvaiazere, en la madrugada del domingo 10 de julio. PATRICIA DE MELO MOREIRA (AFP)
El Instituto del Mar y de la Atmósfera ha declarado para este lunes la alerta naranja por altas temperaturas en ocho de los 18 distritos del país y prevé un agravamiento para el martes, cuando todos pasen a estar en alerta naranja, a excepción del Algarve. El organismo prevé que las altas temperaturas continuarán hasta el final de la semana.
Para reforzar la lucha contra el fuego, el Gobierno activó desde esta pasada medianoche y hasta el próximo viernes la “situación de contingencia”, el primero de los tres niveles de alerta que se contempla en la Ley de Bases de Protección Civil y que refuerza a los medios que trabajan en la extinción. La declaración, que hasta ahora solo se había usado durante la pandemia, también endurece las prohibiciones para evitar nuevos siniestros como la celebración de fuegos artificiales, la extracción del corcho o los trabajos con maquinaria en zonas forestales. En un comunicado del Ministerio del Interior se avisa de que será un delito de desobediencia incumplir las nuevas normas.
Hasta la tarde del domingo estaban activos 107 incendios, que se concentraban en los distritos de Oporto (34), Lisboa (13) y Braga (8), y que han causado una quincena de heridos. De forma preventiva se evacuaron varias aldeas. La Cámara Municipal de Lisboa, una de las que se encuentra en alerta naranja por las altas temperaturas, ha cancelado todos los eventos en los parques de la ciudad y ha limitado el tráfico en Monsanto, el gran pulmón verde de la capital, hasta el viernes 15. En Sintra, un gran foco turístico, se han prohibido las visitas a la sierra y a los monumentos que están en la zona, como el palacio da Pena, al menos hasta el viernes.
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Este lunes ha dado un respiro y los equipos de extinción han logrado controlar la mayoría de los siniestros. Según la Autoridad Nacional de Emergencia y Protección Civil, ya solo seguían en activo 30 hasta este mediodía. Ninguno de ellos era significativo, según su comandante, André Macedo Fernandes. “La situación operacional actual está más calmada, pero el riesgo de reactivación de estos incendios con grandes áreas afectadas y perímetros muy largos es muy grande”, señaló. “Es preciso no bajar la guardia”, añadió.
La Policía Judicial ha informado este lunes de la detención de dos sospechosos de provocar los incendios de Ourém y Guimarães. Uno de ellos tiene antecedentes policiales relacionados con otro siniestro forestal. El segundo es un hombre de 83 sospechoso de haber prendido fuego en dos focos el pasado jueves.
Vecinos de Canecas intentan apagar las llamas que rodean sus viviendas. MARIO CRUZ (EFE)
Portugal activó el Mecanismo Europeo de Protección Civil para solicitar asistencia de emergencia en la zona central del país y recibió la ayuda de dos aviones anfibios procedentes de España, que se sumaron a los 60 del dispositivo luso.
El agravamiento de la situación en los últimos días ha hecho que el primer ministro, António Costa, y el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, suspendiesen sus viajes oficiales a Mozambique y Nueva York. Ambos han hecho peticiones a los ciudadanos para que eviten prácticas de riesgo que puedan llevar al país a una situación extrema como la vivida en 2017, aunque Rebelo de Sousa aseguró que ha habido grandes avances. “No hay comparación, la información disponible es mucho mejor que nunca. Sabemos más y conocemos mejor: esto permite prever mejor, planear mejor y prevenir mejor. No hay duda de que aprendimos mucho con los incendios de 2017″, explicó este domingo durante una visita a la sede la Autoridad Nacional de Emergencia y Protección Civil, que coordina todo el dispositivo.
El primer ministro António Costa, que ha visitado este lunes varios puestos de operaciones y unidades que participan en las tareas de extinción en Coimbra, Lousã y Viseu, ha reforzado su llamamiento a la responsabilidad individual para evitar nuevos focos. “Hoy estamos más preparados desde el punto de vista estructural, pero eso no disminuye la responsabilidad de cada uno. El país puede tener todos los medios del mundo, pero con estas condiciones meteorológicas, con temperaturas extremas, con un año de sequía extrema, cualquier descuido desencadena inmediatamente un enorme incendio”, observó.
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