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“PP y PSOE no quieren que vaya a la comisión del ’caso Kitchen”

José Manuel Villarejo (El Carpio, Córdoba, 69 años) parecía tener todo bajo control antes de que fueran a por él. En febrero de 2017 le contó a un periodista que, si algún juez ordenaba detenerle y registrar su casa —algo que ocurriría nueve meses después—, se encontraría con un “regalito” sobre el rey emérito para que se lo llevaran puesto: una declaración de Corinna Larsen, la examante del monarca.

Villarejo intuyó que ese material explosivo —una grabación donde la mujer aseguraba que don Juan Carlos ocultaba una fortuna en Suiza— arreglaría sus problemas con la justicia, una especie de salvoconducto a la impunidad. Pero se equivocó.

Este hombre que lleva tres años preso en Estremera (Madrid) es el comisario de policía más conocido y polémico de su generación. Concede su primera entrevista en prisión a EL PAÍS, el periódico que denunció su trama empresarial privada un año antes de que la Fiscalía Anticorrupción le investigara por esos hechos.

Mientras este periódico preguntaba en la prisión a Villarejo por los graves asuntos que se le atribuyen, el comisario era vigilado en secreto por Anticorrupción debido a que, según la Fiscalía, estaba facilitando a distintos medios supuestos secretos de Estado a través de presos que salían de permiso.

EL PAÍS ha decidido no publicar varios pasajes de la entrevista, realizada el 8 de octubre en la cárcel, en los que Villarejo lanza acusaciones muy graves contra terceras personas sobre hechos en los que el comisario no participó, ni hay pruebas sobre ellos.

Los detalles más inconfesables de la actividad de Villarejo figuran registrados en discos duros capaces de almacenar 500.000 horas de grabaciones. El trabajo de Asuntos Internos con estas cintas de Villarejo ha permitido reconstruir algunos de los episodios políticos y económicos más oscuros de la reciente etapa democrática:

—El rey emérito Juan Carlos I abandonó España por culpa de la investigación abierta tras conocerse una grabación de Villarejo con Corinna Larsen.

—El expresidente del segundo banco del país, Francisco González, está imputado en un caso de presunto espionaje ilegal perpetrado por Villarejo y pagado por el BBVA.

—El expresidente madrileño Ignacio González puso fin a su carrera por una grabación que Villarejo filtró a la prensa cuatro años después de producirse.

— Interior pagó con fondos reservados una operación ilegal para robar pruebas que podrían perjudicar al Gobierno de Mariano Rajoy en el caso Bárcenas. Villarejo fue un ejecutor material de la operación, guardó los recibos de los pagos de fondos reservados y grabó sus conversaciones con el confidente.

Todas esas conversaciones, ahora en manos del juez, resumen las andanzas de un hombre que vivió al otro lado de la ley.

Pregunta. ¿Qué son las cloacas del Estado?

Respuesta. Pues mire, en Roma estaba la Venus Cloacina, que era una diosa muy venerada porque limpiaba de inmundicias la ciudad. Las cloacas suelen ser elementos para sacar fuera las mierdas que generan otros. Las cloacas en sí no generan mierda.

P. Y que actúan al margen de la ley…

R. Al margen de la ley, no. Digamos que actúan por un bien superior. Si usted me dice que es una ilegalidad pagar a terroristas para liberar a periodistas que están secuestrados, es al margen de la ley, efectivamente. Pero yo entiendo que es un bien superior y por lo tanto yo eso creo que es lo correcto (…). Con la madre y con la patria, con razón o sin ella, hay que estar al lado. Y si hay que hacer algo por el bien superior, pues yo he hecho muchas cosas, y no me arrepiento. Y las volvería a hacer.

P. ¿Ha formado usted parte de las cloacas del Estado?

R. Dicen que sí, lo que he sido es el elemento que todos los Gobiernos, de izquierdas o de derechas, han entendido que era un solucionador de problemas.

Villarejo ofrecía a los clientes resolver sus apuros: tenía equipos para espiar a los rivales y buscar sus puntos débiles hurgando en bases de datos policiales, bancarias y de empresas de telecomunicaciones. Además, el policía garantizaba que podía influir en políticos, jueces, fiscales o periodistas.

El juez que mantiene preso al comisario ha abierto hasta 28 piezas separadas como consecuencia de las escuchas de Asuntos Internos y del trabajo de dos fiscales anticorrupción para encajar en el Código Penal los hechos conocidos por el material incautado al comisario.

Villarejo: Le he dicho 500.000 veces al juez que quiero declarar sobre las piezas, quiero llegar como mínimo a 100 piezas, porque, ya que quieren hacer una investigación prospectiva de toda mi vida, pues vamos a hablar de todo.

La entrevista en el locutorio de la cárcel es posible gracias a la autorización del juez Manuel García-Castellón, que instruye una causa gigantesca en la que se piden cientos de años para el comisario, acusado de dirigir una mafia policial. El interrogatorio dura 75 minutos, con tres avisos de los funcionarios desde el minuto 50 para finalizar la conversación. Hay tres grabadoras, dos del periodista y la invisible de Instituciones Penitenciarias porque el preso tiene todas sus comunicaciones intervenidas, salvo las que mantiene con su abogado, Antonio José García Cabrera, al que no dejan estar presente durante la entrevista.

Villarejo: En mi caso no se habla de presunción de inocencia, hasta el presidente del Gobierno me ha llamado corrupto, no presunto. Todo el mundo habla de la presunción de inocencia del señor Iglesias, pero nadie dice: “Oiga, que a Villarejo no le han juzgado todavía, que todavía no ha sido condenado por nada en absoluto en su vida”. No hay respeto mínimo a la defensa, me han hecho un juicio paralelo todos, ya estoy condenado por la opinión pública. Y luego el fiscal pide a todos los imputados 30 años y si declaran contra mí se lo bajan a cinco meses. Y eso es una forma espuria de tratar la justicia.

Villarejo fue invisible hasta marzo de 2015. O casi. Siempre tuvo relación con periodistas, pero su nombre nunca salió en los papeles. El comisario perdió el anonimato cuando se difundió una de sus grabaciones, la que le hizo a Ignacio González en una cafetería para sonsacarle información de un ático que el entonces vicepresidente de la Comunidad de Madrid tenía alquilado en Estepona. La conversación, grabada en 2011, se hizo pública a tres meses de las elecciones de 2015 y el PP prescindió de González.

P. ¿Usted filtró la grabación con González sobre el ático porque se lo pidió el PP?

R. La grabación se difundió porque hubo una situación donde Ignacio González se equivocó y me acusó de intentar chantajearle, y eso era mentira. Por otra parte, sí hubo interés en el PP en quitar de en medio a González.

A finales de 2004, Villarejo aceptó un encargo para proteger a Francisco González, presidente del BBVA, al que un grupo de accionistas encabezado por Luis del Rivero pretendía arrebatar el poder en la entidad. El banco contrató a la empresa privada de Villarejo, que llegó a fabricar informes para el BBVA sobre la vida privada del exministro Miguel Sebastián, entre otros, según la investigación.

Dieciséis años después, Villarejo cuenta un supuesto interés de Francia en el banco para justificar todo su trabajo de espionajes contra el grupo de Luis del Rivero.

P. ¿Francisco González, expresidente del BBVA, estaba al tanto de la operación?

R. Claro que estaba superinformado de todo.

P. ¿Pero usted habló con él?

R. No. Yo sólo hablaba con algunos intermediarios. Lo lamento por el banco, pero por él no lo lamento. Es de los que van de señores malos, pero luego lo niegan, se confiesan y tal. Si utilizas tal, pues luego no reniegues. Es una persona de estas mentirosas, no me gustó nunca.

P. Alguien elucubró con la posibilidad de que usted provocara el incendio de la torre Windsor de Madrid para destruir documentos que podrían incriminar a Francisco González en operaciones fraudulentas…

R. Eso es una gilipollez, una tomadura de pelo. Igual que lo del cura famoso de Bárcenas. Eso es mentira.

El “cura famoso de Bárcenas”, como lo denomina Villarejo, es un hombre que, vestido de sacerdote, entró una mañana de octubre de 2013 en la casa del extesorero del PP, maniató a su esposa y a su hijo y exigió los pendrive donde supuestamente estaban los secretos que acabarían con Mariano Rajoy. Cuando ocurrió aquel episodio, el Ministerio del Interior tenía en marcha su propia operación secreta para espiar a la esposa de Bárcenas. Villarejo participó activamente en ese plan, captó al chófer de Bárcenas como confidente y le pagó con fondos reservados. El ministro del Interior, Jorge Fernández, y el secretario de Estado, Francisco Martínez, están imputados por estos hechos, conocidos como Operación Kitchen.

P. ¿De quién fue la idea de la Operación Kitchen?

R. Se le ocurrió a alguien del Gobierno. Habían fallado todos los sistemas de acercamiento y dijeron: hay que avisar a Villarejo, que soluciona siempre los problemas.

P. ¿Esa operación fue una chapuza?

R. Era una chapuza por todo el equipo que habían montado, era impresentable.

P. ¿Y la idea surgió del ministro del Interior?

R. No. De mucho más arriba. Fernández Díaz no tenía capacidad de tomar una decisión de esa envergadura. Mucho más arriba.

P. Si se refiere a Mariano Rajoy, no hay pruebas en el sumario de eso que dice…

R. Creo que sí las hay, lo que ocurre es que imagino que están esperando a que se cueza en su salsa. Estarán esperando el momento político oportuno. Me temo que sí existen pruebas y ellos lo saben.

P. Usted habla en el sumario de una grabación de Bárcenas a Rajoy en Moncloa. ¿Existe?

R. Igual sí. Bárcenas grabó a Rajoy. Pero todo ese tipo de cosas…

P. ¿Usted oyó esa grabación?

R. No. Yo no la llegué a oír porque cuando llegó la operación en sí no me dejaron.

P. Pero ¿quién le dice a usted que hay que montar la Operación Kitchen?

R. Me lo dicen desde la señora Cospedal hasta el ministro, el secretario de Estado… El único con el que no hablo personalmente es con Rajoy, pero sí a través de intermediarios.

P. ¿De todo eso hay grabaciones que lo demuestren?

R. Creo que hay documentación, no lo sé. Yo he pedido una copia de todo lo que me contaron y no me la dan.

P. “La de maldades que he tenido yo que hacer para salvar el culo al barbas”, le ha dicho a sus amigos. ¿A qué se refería?

R. Pues ya sabe, charlas cuarteleras entre comisarios, en fin… Cosas.

Las cintas que grabó Villarejo le incriminan a él mismo en actuaciones ilegales. Cuando se le pregunta por qué lo hizo, el comisario acusa al CNI.

P. ¿Qué queda por salir?

R. Apenas ha salido un 5% o un 10%, queda por salir de todo. Hay muchas cosas que se están ocultando. No sale nada del PSOE, no sale nada…

P. ¿Qué ha hecho para el PSOE?

R. Muchísimas cosas. Se ha creado la comisión Kitchen [en el Congreso de los Diputados] y se han puesto de acuerdo el PP y el PSOE para que yo no vaya.

P. ¿Existen grabaciones comprometedoras para Gobiernos socialistas?

R. No sé el contenido que hay, pero imagino.

P. El número dos de Interior escribió que toda esta tormenta se había desatado por culpa del director del CNI al ordenar la detención del Yeti, que es usted, con el conocimiento de la vicepresidenta Sáenz de Santamaría y la pasividad del ministro del Interior Zoido…

R. Y también la pasividad de la señora Cospedal, porque un mes antes de mi detención le dije: “Estáis locos, estáis permitiendo que un zumbado, que además es un subordinado tuyo, me monte un show”. Y le recordé que parte de los fondos reservados se pagaron para la Operación Cataluña, y que iba a salir mal. Y ella me dijo que había hablado con Rajoy y que Rajoy había dicho: ‘Esto es un tema de egos’, que se arreglen y tal. Y yo dije, qué tema de egos si yo soy un jubilado y este señor tiene 3.000 tíos con toda la tecnología y toda la infraestructura, me puede aniquilar si quiere.

P. ¿En qué consistió la Operación Cataluña?

R. En desmontar el movimiento independentista que había montado el clan Pujol para zafarse de sus problemas. Conseguí que la gente que no se había atrevido a denunciar a los Pujol lo hiciera.

P. ¿Recibió instrucciones políticas para investigar las cuentas de Pujol?

R. Digamos que el Gobierno estaba preocupado por la deriva que estaba llevando y obviamente tuve instrucciones políticas para eso, del ministro. Tuve varias reuniones con el ministro, que ahora se olvida.

P. Eso es juego sucio contra los independentistas…

R. Yo no lo vi así. Lo que sí es cierto es que en un momento tuve dudas cuando vi que la información que yo obtenía de inteligencia no terminaba en un juzgado. Tuve una reunión dura con el secretario de Estado y con el ministro (…) Sé que el ministro con la información que yo obtuve fue a ver al Pujol viejo para negociar con él. Yo organicé esa operación y la dirigí.

P. ¿Quién hizo el informe PISA [Pablo Iglesias S. A., para acusar de financiación ilegal a Podemos]?

R. Le dije al juez que era una encerrona para las elecciones generales. Se lo dije….

P. ¿Pero quién lo hizo?

R. Lo hizo un tonto, un inspector jefe, un hombre de confianza de Ignacio Cosidó. Y lo hacen como vacuna para ayudarle. Le quiero decir que el informe PISA es una auténtica cagada, yo tenía contacto con un coronel venezolano del servicio de inteligencia que estaba dispuesto previo pago a darme esa información. Y cuando yo informo de ello para ir a Miami, a mí me boicotean en el último momento por este chico [un inspector que se reunió con un exministro venezolano para lograr información contra Podemos] que hace el informe. Y cuando vuelve digo: “vaya mierda de informe”.

Licenciado en Derecho, Villarejo se ha puesto a estudiar Ciencias Políticas en la cárcel. Cuando ingresó, acababan de operarle de la columna. La tensión no ha dejado de ocasionarle problemas de salud en estos tres años.

P. Usted ha dicho que si España fuera un país decente estaría muerto o enterrado…

R. Yo dije que si esto fuese un país serio me hubieran dado matarile. Porque, en un país serio, gente molesta como yo que tiene tanta información y que nadie quiere que la cuente… Pues la mejor manera de hacerlo es eliminándome.

“Por atacar a un comisario se han ido a tomar viento el Ibex 35, el PP, la Corona…”

P. El rey emérito ha abandonado España por sus grabaciones a Corinna Larsen. ¿Filtró usted esa grabación?

R. No. Esa grabación se difundió unos días antes de que me dijera el juez que yo iba a salir en libertad a finales de mes.

P. ¿No fue usted?

R. Pero ¿cómo las voy a filtrar si yo iba a salir de la cárcel? Incluso declaré y el propio juez Egea dijo perfectamente claro en su auto que yo no tenía nada que ver con esa filtración, porque era elemental. Yo sé quién lo filtro y lo dije. Unos fiscales de la Fiscalía Anticorrupción. O sea, fíjese [No hay indicios en la causa de que los fiscales pudieran filtrar esa conversación].

P. ¿Descubrió en sus conversaciones con Corinna Larsen que el rey Juan Carlos podía ser un defraudador fiscal? ¿O cree que la corrupta podría ser ella?

R. No le contesto a eso.

P. ¿Se quería usted blindar ante la justicia filtrando la grabación de su conversación con Corinna Larsen en Londres?

R. Blindarme no. El blindaje auténtico es que se están cargando España. Por atacar a un comisario jubilado que no era nadie, que ya no lo era, y nunca lo fui porque siempre aspiré al trabajo de inteligencia y siempre anónimo, pues resulta que por eso el Ibex 35 se ha ido a tomar viento, el PP no digamos, ahora Podemos… y el PSOE, porque ellos manejan muy bien la información y hacen muy bien y no está saliendo nada de ellos, la Corona… ¿Quién más falta?


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