La Cumbre convocó a 30 Premios Nobel de la Paz durante 3 días, además de ofrecer talleres, paneles, actividades recreativas y para finalizar un concierto de Ricky Martin.
Por Héctor Meza
En la 17 Cumbre de los Premios Nobel de la Paz realizada en Mérida, el gobernador de la entidad, Mauricio Vila, recibió por parte de la presidenta del Secretariado de los Premios Nobel de la Paz, Ekaterina Zagladina, una declaratoria firmada por todos los laureados que nombra “estado de paz” a Yucatán.
Ricky Martin recibió el premio Peace Summit Award y se pronunció a favor de la comunidad lésbico, gay, bisexual, transgénero (LGBT) luego que activistas solicitaran al cantante una postura después de que el gobierno de que el Congreso de Yucatán rechazara la legalización del matrimonio igualitario.
“Como miembro de la comunidad LGBT muy sencillo, nosotros no estamos pidiendo tener más derechos que el resto de los ciudadanos, tampoco queremos tener menos derechos que el resto de los ciudadanos, simplemente queremos igualdad, es muy simple, a todos esos grandes activistas que luchan por la igualdad por favor no se den por vencidos. Sigamos fuerte pisando sólido, es muy importante lo tenemos que hacer por nuestros hijos y los hijos de nuestros hijos, sin esto no lograremos nunca La Paz”.
Entre otros galardonados estuvieron Saskia Niño de Rivera, por su labor en defender los derechos de la mujer en prisión; José Manuel Díaz con el galardón deja tu huella por La Paz; Miguel Bosé como activista de los derechos humanos y la maestra Mary Shuttleworth por difundir los derechos humanos.
En entrevista, el premio Nobel de la Paz, Lech Walesa, comentó que “el reto o la dificultad de hoy es que no podemos dejar de pensar en el pasado… nos engañamos tanto, una nación robaba a la otra y esto llevó a grandes discusiones”.
“Olvidamos que la gente se comporta como los contenedores de agua que están en depósitos de agua, si están interconectadas, y si el nivel de agua entre los dos es grande, sí hay injusticia, sí hay guerras entonces tenemos cascada de Niagara y nadie puede por ejemplo parar la migración en este caso, sin embargo cuando nivelamos la desproporción no hay ningún movimiento de agua, entonces tenemos que seguir para llegar a esos niveles, nivelados”.
Shirin Ebadi, la Nobel de la Paz de 2003, comentó que “en general defender los rostros de los derechos humanos son muchos desafíos, pero nuestro mayor desafío en el mundo son las dictaduras que no respetan los derechos humanos, generalmente castigan a los defensores de los derechos humanos y a veces incluso ejecutan”.
Por su parte la Nobel de la Paz 1992, Rigoberta Menchú dijo que “la importancia de los pueblos indígenas donde quiera que nos paramos estamos dando un mensaje universal en cuanto a querer llamar a nuestra madre tierra, en cuanto al ser humano no tiene que seguir perdiendo sus valores y principios pero también estamos enviando un mensaje de la conectividad, de la colectividad, de la creación de esperanzas comunes, así que no es física nuestra presencia, es energética, es mucho más espiritual, ser humano y se nota en esta cumbre de premios Nobel porque la gente aplaude, nos quiere, siente y aquí están nuestros ancestros”.
También estuvieron presentes personas que han luchado por la ayuda social a través de sus acciones como es el caso de Mónica Yunus (hija de Muhammad Yunus) y Camille Zamora, fundadoras de “sing for Hope”, que busca transformar vidas a través del poder de las artes para crear un mundo mejor.