Los contagios entre los turistas que visitan Benidorm han aumentado de forma preocupante desde el pasado 5 de octubre, según ha señalado este martes la consejera de Sanidad de Valencia, Ana Barceló, quien, por otro lado, he evitado cualquier alarmismo. La incidencia del coronavirus en la ciudad alicantina, una de las capitales turísticas del Mediterráneo, es de 286 casos por 100.000 habitantes, cuando la media española se sitúa en 46 casos y la de la Comunidad Valenciana, en 49, según los datos del Ministerio de Sanidad proporcionados este lunes.
El 53% de los últimos casos detectados en Benidorm se ha registrado entre la población extranjera. El turismo británico representa normalmente el 45% de la población de la ciudad, si bien hora se ha reducido a cerca del 24%. En las últimas semanas se está recuperando, una vez se han ido eliminando las trabas para viajar en avión. Aún no es lo que era, pero la presencia británica se deja notar en las calles de una ciudad que tiene un barrio con la mayoría de los carteles o de las cartas de los locales escritos en inglés.
Benidorm es uno de los principales destinos turísticos de los británicos, en cuyo país de origen los contagios se han disparado y la situación de la pandemia es muy preocupante. Su incidencia en los últimos 14 días es de 928,22 por cada 100.000 habitantes, según los datos del pasado domingo. En la actualidad no existe obligación legal de llevar mascarilla en Inglaterra, aunque e Escocia, Gales e Irlanda del Norte sí que todavía es necesaria dentro de establecimientos comerciales y algunos otros espacios interiores.
Ricky, militar escocés, lleva la mascarilla en el codo. Está en un local en la sobremesa cerca de la playa de Levante de Benidorm tomando una cerveza. “Mientras bebo no me la pongo, claro, pero si voy al baño, sí. En Escocia sí la tenemos que llevar en algunos sitios”, apunta el hombre de Stirling. Aunque es un interior techado, está todo abierto al exterior, sin paredes. A su lado, Dot, jubilada inglesa, niega con la cabeza. En su pueblo de Burton-on-Tren, en Staffordshire, no es obligatoria. “Yo me la pongo para el baño también”, comenta, mientras asiente su acompañante.
La música en directo vuelve a sonar en Benidorm y la tarde no ha hecho más que empezar. La mayoría de los locales están abiertos al exterior, y la gente no suele llevar mascarilla, mientras cantan, comen, beben o bailan hacen el trenecito, como en un local especialmente animado de la calle Girona. La lluvia intermitente no parece molestar. “Los ingleses no se ponen la mascarilla en el interior. Se lo tienes que recordar, si no están bebiendo o comiendo”, explica Ferran que regenta uno de los numerosos locales de música y karaoke con nombre británico. El hostelero ha notado que “por fin” desde finales de septiembre ha aumentado considerablemente la afluencia de turistas británicos. 18 meses ha tenido cerrado su establecimiento a causa de la pandemia, si bien ha recibido ayudas del Ayuntamiento y de la Generalitat. “En esta ciudad hay mucha seguridad de todo tipo y no ha subido tanto el coronavirus como se dice. Si se contara la población flotante, la incidencia seria mucho menor”, sostiene.
La consejera de Sanidad, no obstante, ha mostrado este martes “la preocupación” de su departamento por la situación y ha anunciado que se efectuará “un seguimiento para adoptar medidas si fuera necesario para controlar la situación que presenta la ciudad”. Ha incidido en que la curva de la incidencia empezó a subir a partir del 5 octubre, coincidiendo con la llegada de turistas, principalmente británicos, aunque también se dan positivos en otras nacionalidades. No se ha detectado, sin embargo, un aumento relevante en las hospitalizaciones en Benidorm y su zona de influencia, en el hospital comarcal. Se supone que la inmensa mayoría de turistas están vacunados cuando visitan la ciudad de los rascacielos.
Barceló ha descartado modificar el sistema de control de la incidencia acumulada como reclaman el Ayuntamiento de Benidorm, presidido por Toni Pérez, del PP, y la patronal turística Hosbec para que no se calcule solo sobre la población censada y se incluya también a la población flotante.
El lunes, el alcalde señaló que Benidorm tiene una población empadronada de unos 75.000 personas mientras que en realidad viven unos 180.000, “tres veces más”. Por tanto, insistió en que la realidad de la incidencia es “muy distante de la que se está publicando por parte de las autoridades sanitarias”. Si la Consejería de Sanidad atendiera a los datos de la población real que en este momento está presente en la ciudad Benidorm se situaría “en el entorno de las cifras de cualquier otro municipio de España”.
El alcalde trasladó la preocupación de la corporación por el mensaje que se está lanzando y afirmó que “no hay ninguna razón para generar inquietud, ni entre los turistas que nos visitan en estos días ni entre la población residente” porque “la seguridad es una prioridad para nosotros”.
Hosbec, en un comunicado, también indicó que los datos de la incidencia de Benidorm deben “ser matizados y extrapolados a población efectiva”, ya que los datos que se proporcionan “no reflejan la situación real y crean distorsiones que perjudican la imagen del destino”.
En ese sentido, apuntó que la incidencia acumulada se calcula sobre una población censada de 65.000 habitantes cuando, según los datos estadísticos de consumo de agua y generación de residuos, la población real de Benidorm en estas fechas se sitúa en 180.000 habitantes. Con este ratio de población, la incidencia acumulada, afirma la patronal, estaría por debajo de 100 casos por cada 100.000 habitantes, lo que “ajustaría más la situación real y se alejaría de cualquier situación de alarma”, según la patronal.
El último INE, de 2020, cifra la población de Benidorm en 70.450 personas. Tomando esa cifra. al recalcular la incidencia por 100.000 habitantes queda en 111.
Barceló ha explicado este martes que Salud Pública tiene en cuenta los positivos que se registran en un momento dado con independencia de su lugar de origen porque aunque sean turistas “puede contagiar igual” durante el tiempo en que tiene aquí la residencia. Por ello, ha insistido en que deben contabilizarse aunque suban la incidencia acumulada y Salud Pública “no pueden abstraerse” de registrarlos en función de su país de origen. Además, ha señalado que la población flotante es muy difícil de determinar y que ni siquiera los ayuntamientos disponen de este dato actualizado y con precisión, ya que es muy variable.
Fuentes del Ayuntamiento aseguran que cuentan con una estimación diaria muy ajustada del número de visitantes en la ciudad gracias al control del consumo de agua y a la generación de residuos. Además, afirman que tienen monitorizada la evolución de la pandemia en los principales países de origen de sus turistas.
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