El susto se retrasa, pero llegará: WhatsApp tiene intención de forzar a sus usuarios a compartir datos con Facebook, su propietaria, para usarlos para el resto de sus servicios y propósitos. No obstante, los ciudadanos de la Unión Europea pueden respirar tranquilos, puesto que esta nueva medida no les afecta al estar amparados por el paraguas del Reglamento General de Protección de Datos (GDPR, por sus siglas en inglés). Este anuncio por parte de Facebook no pilló de sorpresa a nadie, puesto que esta decisión fue avanzada ya el año pasado; la novedad ahora reside en que o se aceptan las condiciones, o se impide el uso de la herramienta.
¿Hay alternativas seguras sobre las cuales no se cierna la amenaza de la vulneración de la privacidad? Recorremos cinco aplicaciones cuyo negocio no compromete la privacidad del usuario.
Telegram, la gran alternativa (aunque no tan segura)
El controvertido cambio en las políticas de privacidad de WhatsApp ha provocado una fuga considerable de usuarios hacia otras plataformas, y la que más ha rentabilizado estas suspicacias ha sido Telegram: la compañía ha anunciado la llegada de 25 millones de usuarios en apenas 72 horas (a partir del anuncio). En España esta herramienta es una vieja conocida, puesto que cuenta con una importante base de usuarios y ha desarrollado este crecimiento yendo siempre un paso por delante de WhatsApp en lo que respecta a funciones.
La plataforma se adelantó a la aplicación de Facebook ofreciendo las preciadas stickers (pegatinas) en las conversaciones, pero donde realmente brilla Telegram en los grupos, donde se crean verdaderas comunidades muy similares a los foros, y en los que se organizan los usuarios no solo compartiendo intereses comunes, sino para llevar a cabo tareas en común como el traslado de enfermos en Madrid en pleno azote del temporal Filomena. Con más prestaciones, más dispuesta a escuchar a sus usuarios y no perteneciente a ninguna empresa que potencialmente pueda explotar los datos de los usuarios ¿Por qué no usa todo el mundo Telegram?
Una posible respuesta se encuentre en el popular dicho, “quien pega primero, lo hace dos veces”. WhatsApp fue la primera alternativa real al SMS y logró acumular en determinados mercados a un número de usuarios tan elevado, que se ha convertido en una plataforma estándar. Pero quienes decidan usar esta app por considerarla más segura, deben tener algo en cuenta: el cifrado de extremo a extremo no está disponible en sus chats (salvo los secretos), con lo que, sobre el papel, Telegram es menos segura que WhatsApp.
Signal, la app de código abierto que recomienda Elon Musk
Signal Foundation también ha colgado el cartel de entradas agotadas tras el cambio de política de privacidad: en un tuit la compañía anuncia que ante la avalancha de nuevos usuarios, no dan abasto en el suministro de códigos de verificación en su app, Signal. ¿Por qué elegir Signal? Esta aplicación fue concebida desde sus orígenes con la privacidad como principal foco, y tanto es así que el propio Elon Musk (fundador de Tesla), recomendó abiertamente su uso a sus seguidores en Twitter.
Esta aplicación ofrece las máximas garantías de privacidad y, por descontado, cifrado de extremo a extremo. En lo que respecta a las prestaciones, Signal ofrece lo mismo que sus rivales, aunque en bajo una interfaz un poco más parca y simplista que denota que el objetivo fundamental de esta plataforma es la comunicación privada y lejos de ojos de terceros. Gratuita de por vida, sin ánimo de lucro y diseñada con la seguridad como objetivo ¿Tiene algún eslabón débil esta aplicación?
Algunos apuntan con el dedo acusador a su cifrado, Open Signal, “financiado por el Gobierno estadounidense”, como destaca Manu Contreras, bloguero y divulgador sobre ciberseguridad, una acusación ya vertida en su momento por Pavel Durov, fundador de Telegram. Se da la circunstancia además de que las aplicaciones de mensajería de Facebook (WhatsApp y Messenger) emplean el mismo cifrado, y estando sus servidores en Estados Unidos y bajo la jurisdicción de dicho país, quienes alimentan estas suspicacias tienen sus argumentos.
Este viernes, la aplicación ha experimentado problemas en su servicio.
Threema, el acorazado suizo
Quienes estén obsesionados con la privacidad y quieran las máximas garantías de saber que sus conversaciones y chats están fuera del alcance de terceros, tienen un buen refugio en Threema. La historia de esta aplicación de origen alemán es completamente distinta a la de sus rivales: no es gratuita, y esto puede generar cierto rechazo por aquello de por qué pagar por algo que es gratis, pero, al mismo tiempo, le concede al usuario cierta tranquilidad al saber que hay un modelo de negocio sostenible. La compañía financia el producto por una doble vía: hay que hacer un pago único por la descarga de la aplicación móvil, por un lado, y por otro, cuentan con una plataforma segura para empresas de pago mediante suscripción.
Establecer un precio por simplemente descargar la app la sitúa ante su principal inconveniente: tiene un número de usuarios irrisorio si lo comparamos con sus rivales. Si bien no hay cifras oficiales, se estima que su número de usuarios ronda los 8 millones y muy concentrados en Alemania, un país en el que en 2014 fue la aplicación de pago más descargada debido a una elevada concienciación en el momento por la privacidad.
Con una base de usuarios muy baja y siendo de pago, Threema se puede convertir en una buena alternativa para grupos cerrados de usuarios, como la familia o entre amigos, que tengan, eso sí, una clara conciencia por la privacidad. Esta aplicación superar constantemente auditorías para analizar su seguridad y tanto sus servidores como la jurisdicción aplicable, se encuentran ubicados en Suiza, lejos de alcance de las autoridades estadounidenses y europeas. En España, el cambio de la política de privacidad de WhatsApp ha catapultado a Threema como tercera aplicación de pago más descargada en el iPhone.
Qué debe tenerse en cuenta al elegir una app de mensajería
El jarro de agua fría propiciado por el cambio de la política de privacidad de WhatsApp ha motivado un trasvase de usuarios de dicha plataforma a alternativas no tan invasivas en los que protección de datos se refiere. “Es normal que algunos usuarios se planteen un cambio de plataformas”, explica a EL PAíS Ángel Ortiz, Director Regional de McAfee en España, “a medida que la conectividad continúa creciendo día a día, los usuarios deben asumir que su privacidad e identidad viven en varias de las aplicaciones que utilizan para comunicarse”.
Si bien esta nueva política de privacidad no afecta a los ciudadanos de la Unión Europea, este experto advierte que cada vez se ven “más convergencias de este tipo en grandes compañías tecnológicas, lo que puede llevar a otros desarrollos de negocio en el futuro y a que estos términos cambien”. ¿Qué hay que tener en cuenta entonces a la hora de utilizar una aplicación de mensajería? Ortiz recomienda tener en cuenta tres aspectos clave: leer y entender la política de privacidad y saber qué datos comparte la app con terceros, revisiones de los permisos que se otorgan al instalarse la aplicación en el móvil, y por último, asegurarse de que cuenta con cifrado de extremo a extremo, una forma de asegurarse que “solo emisor y receptor tienen acceso a los mensajes”.