Escribo estas líneas en Skopje (Macedonia del Norte), donde he pasado una semana impartiendo un curso de la Academia de Líderes para el Desarrollo de Stanford. Seguir la guerra de Ucrania desde aquí es igual en cuanto a la información disponible; solo se diferencia en que me encuentro en una zona horaria vecina y en que en los Balcanes hay más partidarios de Putin que en otras partes de Europa. Esto se debe en gran parte a Serbia, en donde se fabrica la vacuna Sputnik.
En cualquier caso, voy a atreverme a hacer varios pronósticos:
1. Rusia se encamina hacia una derrota total en Ucrania. Ha tenido una estrategia incompetente, basada en la hipótesis equivocada de que los ucranios eran partidarios de Rusia y su ejército se derrumbaría inmediatamente después de la invasión. Por lo que se ha visto, los soldados rusos llevaban consigo el uniforme de gala para el desfile de la victoria en Kiev, en lugar de municiones y raciones suficientes. En estos momentos, Putin tiene ya involucrada a la mayor parte de su ejército en esta operación; no le quedan grandes reservas de fuerzas a las que convocar para que entren en combate. Las tropas rusas están atascadas en las afueras de varias ciudades ucranias y sufren enormes problemas de abastecimiento y constantes ataques de los ucranios.
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2. Es posible que la pérdida de sus posiciones no sea consecuencia de una lenta guerra de desgaste, sino que se produzca de forma repentina y devastadora. Llegará un momento en el que ya no será posible abastecer ni retirar al ejército presente sobre el terreno y entonces la moral se desmoronará. Por lo menos en el norte; a los rusos les está yendo mejor en el sur, pero les será difícil mantenerse si caen en el norte.
3. Hasta que eso ocurra, no hay solución diplomática posible. No hay ningún acuerdo imaginable que sea aceptable tanto para Rusia como para Ucrania, dado lo que ya han perdido.
4. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha vuelto a demostrar su inutilidad. Lo único que ha servido de algo fue la votación de la Asamblea General, que ha permitido identificar a los países que apoyan el mal o que tergiversan los hechos.
5. La decisión del Gobierno de Biden de no declarar una zona de exclusión aérea ni ayudar a trasladar los MiG polacos ha sido acertada; el presidente ha sabido mantener la cabeza fría en un instante muy emocional. Es mucho mejor que los ucranios derroten a los rusos por su cuenta y, de esa manera, arrebaten a Moscú la excusa de que le ha atacado la OTAN, además de evitar las obvias posibilidades de escalada. Los MiG polacos, en particular, no les servirían de mucho a los ucranios. Es mucho más importante el suministro continuo de misiles Javelin, Stinger, aviones no tripulados TB2, material médico y equipos de comunicaciones, así como el intercambio de información. Supongo que los servicios de espionaje de la OTAN ya han conectado con las fuerzas ucranias.
6. El precio que está pagando Ucrania es enorme, por supuesto. Pero los mayores daños los causan los cohetes y la artillería, contra los que no pueden hacer mucho ni los MiG ni la zona de exclusión aérea. Lo único que detendrá la matanza es la derrota del ejército ruso sobre el terreno.
7. Putin no sobrevivirá a la derrota de su ejército. Si tiene tantos apoyos, es porque lo ven como un hombre fuerte. ¿Qué podrá ofrecer cuando quede demostrada su incompetencia y se le haya despojado de su poder de coacción?
8. La invasión ya ha hecho un enorme daño a los populistas de todo el mundo, que antes del ataque expresaban uniformemente sus simpatías por Putin, entre otros, Matteo Salvini, Jair Bolsonaro, Éric Zemmour, Marine Le Pen, Viktor Orbán y, por supuesto, Donald Trump. Los aspectos políticos de la guerra han dejado al descubierto sus tendencias autoritarias.
9. Hasta ahora, la guerra ha sido una buena lección para China, que, como Rusia, en la última década ha acumulado unas Fuerzas Armadas aparentemente tecnológicas y de vanguardia, pero que no tienen experiencia de combate. La lamentable actuación de las fuerzas aéreas rusas sería probablemente la misma en el caso de las fuerzas aéreas del Ejército Popular de Liberación, que tampoco están acostumbradas a gestionar operaciones aéreas complejas. Ojalá los dirigentes chinos no se engañen sobre su capacidad bélica como lo han hecho los rusos si es que piensan en posibles acciones contra Taiwán.
10. Confiemos en que Taiwán, por su parte, se dará cuenta de la necesidad de prepararse para luchar, como han hecho los ucranios, y restablezca el servicio militar obligatorio. No seamos prematuramente derrotistas.
11. Los drones turcos se van a vender estupendamente.
12. Una derrota rusa permitirá un “nuevo nacimiento de la libertad” y nos sacará del estado de depresión en el que nos encontramos por la decadencia de la democracia mundial. El espíritu de 1989 seguirá vivo gracias a un puñado de valientes ucranios.
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