IRÁn.- El presidente electo de Irán dijo el lunes que no se reunirá con el presidente Joe Biden ni negociará sobre el programa de misiles balísticos de Teherán y su apoyo a las milicias regionales, manteniendo una posición de línea dura tras su aplastante victoria en las elecciones de la semana pasada.
Ebrahim Raisi, también se describió a sí mismo como un “defensor de los derechos humanos” cuando se le preguntó sobre su participación en la ejecución en masa de unas 5,000 personas en 1988. Fue la primera vez que lo ponen en aprietos en la televisión en vivo por ese momento oscuro en la historia de Irán al final de la guerra entre Irán e Irak.
“Estados Unidos está obligado a levantar todas las sanciones opresivas contra Irán”, dijo Raisi en la conferencia de prensa.
Raisi se sentó frente a un mar de micrófonos, la mayoría de Irán y países que albergan milicias apoyadas por Teherán. Parecía nervioso al comienzo de sus comentarios, pero poco a poco se fue sintiendo más cómodo durante la conferencia de prensa de una hora.
El clérigo rigorista indicó que el programa de misiles balísticos iraní y su influencia regional “no serán negociables” pese a las demandas de Estados Unidos de incluir esos asuntos en un acuerdo más amplio. “Insistimos, los temas regionales o los temas de misiles de Irán no serán negociables. Lo que ellos han acordado no lo cumplen, ¿cómo quieren entrar en otros asuntos?”, señaló Raisí en su primera rueda de prensa tras ganar las presidenciales.
El clérigo y actual jefe del Poder Judicial, que obtuvo el 61.9 % de votos en los comicios, aconsejó a Estados Unidos que “cumpla lo antes posible con sus compromisos y levante las sanciones”, que Washington impuso tras retirarse unilateralmente del acuerdo nuclear de 2015 con Irán.
Encuentro con Biden
Preguntado por la opción de mantener un encuentro directo con Biden si Estados Unidos elimina sus sanciones y regresa al acuerdo nuclear de 2015, JCPOA en sus siglas en inglés, Raisí respondió con un rotundo “no”.
La Casa Blanca no respondió de inmediato a las declaraciones de Raisi el lunes. Raisi se convertirá en el primer presidente iraní en funciones sancionado por el gobierno de Estados Unidos incluso antes de asumir el cargo, sanciones impuestas durante su tiempo como jefe del poder judicial de Irán que es criticado internacionalmente, por ser supuestamente uno de los principales del mundo que avala ejecuciones.
Las negociaciones entre Irán y las cinco potencias que permanecen en el JCPOA (Rusia, China, Francia, el Reino Unido y Alemania) comenzaron en abril pasado en Viena para encontrar un mecanismo que permita a Estados Unidos regresar al pacto, que abandonó en 2018, y a Irán volver a cumplir con sus compromisos.
El domingo se celebró la última reunión de la sexta ronda de negociaciones, en las que Estados Unidos participa de modo indirecto. Ha habido importantes avances que podrían conducir a una conclusión final en la próxima ronda.
Sobre la posición de Washington y de los tres países europeos del acuerdo nuclear, Raisí denunció que “EEUU violó el JCPOA y los europeos tampoco cumplieron sus promesas”.
“El pueblo iraní les pide que cumplan sus obligaciones; el pueblo pide al gobierno (iraní) que recupere sus derechos y nosotros vamos a recuperar sus derechos”, aseveró el clérigo, que asumirá la Presidencia el próximo agosto.
El pacto nuclear de 2015 establecía límites y restricciones sobre el programa nuclear civil de Irán para evitar que pudiera desarrollar bombas atómicas. A cambio, Teherán obtenía ventajas económicas por el levantamiento de las sanciones internacionales.
Raisí también adelantó que “el actual equipo negociador continuará su trabajo” y que su propio equipo de política exterior está ya “estudiando los informes”.
La elección de Raisi pone a los partidarios de la línea dura en un firme control del gobierno mientras las negociaciones en Viena continúan tratando de salvar un acuerdo hecho jirones destinado a limitar el programa nuclear de Irán, en un momento en que Teherán está enriqueciendo uranio al 60%, sus niveles más altos hasta ahora, aunque todavía por debajo del nivel para ser considerado un armamento. Los representantes de las potencias mundiales parte del acuerdo regresaron a sus capitales para realizar consultas tras la última ronda de negociaciones del domingo.
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