Miembros del gabinete del expresidente peruano Pedro Castillo dijeron que estaban planeando su defensa para el juicio político con la confianza en que se ganaría, hasta poco antes del explosivo discurso del mandatario en el que intentó disolver ilegalmente el Congreso, lo que desencadenó su dramática destitución y arresto.
Los testimonios provienen de dos exministros que estaban en el Palacio de Gobierno en momentos en que Castillo, poco antes del mediodía del 7 de diciembre, salió al aire por televisión para decir que cerraría el Congreso dominado por la oposición.
Su fallida decisión, que rompió las normas constitucionales, provocó rápidas renuncias en su gabinete y críticas por todos lados por intentar dar un “golpe de Estado” y mantenerse en el poder. Por la noche, Castillo ya estaba en la cárcel, donde permanece detenido mientras lo investigan por los delitos de “rebelión” y “conspiración”.
Incluso para Perú, un país políticamente volátil, fue un día muy tenso, con protestas violentas de los simpatizantes del exmandatario. En casi dos semanas de manifestaciones, se han contabilizado al menos 22 personas muertas.
Castillo, un exmaestro que ganó la presidencia postulando por un partido de extrema izquierda, había luchado durante mucho tiempo contra el Congreso y enfrentaba un tercer juicio político en poco más de 16 meses en el cargo.
Sus aliados esperaban inicialmente que iba a superarlo. Una votación exitosa en el Congreso para destituirlo necesitaba la aprobación de dos tercios de los 130 legisladores: 87 votos.
“Nosotros teníamos un conteo de votos, que cruzábamos con diversas fuentes, y teníamos 73 votos a favor de la vacancia, no llegaba a los 87 votos“, dijo a Reuters Alejandro Salas, el último ministro de Cultura de Castillo.
Salas dijo que se había hecho planes para que los ministros acompañaran a Castillo, antes de las 15.00 hora local del 7 de diciembre, caminando desde la residencial presidencial hasta el Congreso, donde se defendería antes de la votación.
Pero por la mañana de ese día, fueron convocados abruptamente para acudir temprano al palacio.
Con otros ministros, Salas esperó en la habitación Quiñones de Palacio cuando inesperadamente Castillo apareció en vivo por televisión, para decir que estaba cerrando el Congreso por decreto y creando un Gobierno de excepción. Salas y otros de sus colegas ingresaron después a la sala para ver al exmandatario.
“Entro y le digo presidente qué ha hecho, esto es un delito. Lo único que me respondió es que no tenía los votos”, contó Salas, quien poco después difundió su renuncia por Twitter.
Para Salas, el discurso fue el último clavo en el ataúd político del exmandatario izquierdista. “Pedro Castillo se suicidó con un mensaje“, afirmó el exfuncionario.
Tras el discurso de Castillo, el ministro de Economía y el canciller también anunciaron su renuncia por Twitter, calificando la acción como un “autogolpe”.
En el Congreso, los legisladores rechazaron el intento de cierre del parlamento y realizaron una rápida una votación de expulsión.
A las 1400 horas de ese día, 101 legisladores votaron a favor para destituir a Castillo. Luego, la vicepresidenta Dina Boluarte, quien también había criticado a Castillo, asumió el cargo como nueva líder poco antes de las 2100 hora local.
“NOS PREGUNTAMOS QUÉ PASO”
Según Salas y Roberto Sánchez, el entonces ministro de Comercio de Castillo, el expresidente leyó el discurso, buscando disolver al Congreso, desde su oficina presidencial.
Ambos dijeron que en la sala con Castillo estaban la primera ministra en ese momento y legisladora Betssy Chávez; el exprimer ministro y abogado, Aníbal Torres y los ministros del Interior y de Defensa, además del equipo de televisión.
Reuters no pudo comunicarse ni con Chávez ni Torres, para obtener comentarios. Torres, incluido en las investigaciones, anunció días después que pasó a la clandestinidad.
Sánchez dijo que un equipo de ministros y abogados, incluido él mismo, se había reunido hasta las 1100 horas de la noche anterior -solo 12 horas antes del anuncio- para perfeccionar el discurso que iba a leer Castillo ante el Congreso, para defenderse de las acusaciones de “incapacidad moral”.
Esa noche, el presidente Castillo se unió al grupo por unos minutos y repasó lo que diría en el Congreso, dijo Sánchez.
El miércoles por la mañana la primera ministra Chávez envió un mensaje de WhatsApp para que todos los ministros llegaran temprano al palacio, dijo Sánchez. “Teníamos entendido que íbamos al Congreso. Yo asumí eso”, manifestó.
El exministro dijo que tras escuchar el anuncio de Castillo en la sala Quiñones, junto a otros funcionarios, “todos nos quedamos absolutamente absortos y nos preguntamos qué pasó”. Luego el exfuncionario ingresó al despacho presidencial para buscar explicación de lo que había escuchado.
“Llego, saludo y me acerco al presidente y le hago la expresión de ¿qué paso?, estaba mudo, como sorprendido”, dijo. Sánchez anunció su dimisión casi una hora después del discurso, aunque sigue culpando al Congreso de precipitar la situación.
El exministro de Comercio dijo que en ese día dramático afloró la constante inestabilidad política y los conflictos entre el Ejecutivo y Congreso en Perú, que ha visto hasta seis presidentes en cinco años y siete intentos de juicio político.
“Esta es una crisis de la fragilidad del sistema político peruano. Hemos pasado de un sistema presidencialista a un autoritarismo parlamentario”, manifestó.
Iván Merino, que fue ministro de Energía y Minas de Castillo en el 2021 pero que no estaba en el Gabinete en el momento de su destitución, dijo que el exmandatario Castillo estaba fuertemente influenciado por Torres y Chávez. Torres también está bajo investigación por cargos de rebelión.
“Eran muy radicales en el tema político porque siempre iban a la confrontación”, señaló. Merino. “El presidente era una persona influenciable y lo que pasó (el 7 de diciembre) fue un acto inducido por su entorno muy cercano“, añadió.
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