CHRISTCHURCH, Nueva Zelanda – La primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, dijo el martes que jamás mencionará el nombre del presunto autor de la matanza de Christchurch, que causó 50 muertos y 50 heridos, para privarle de la notoriedad que buscaba.
“Nunca me escucharán mencionar su nombre. Es un terrorista, es un criminal, es un extremista, pero cuando hable (de él) será un sin-nombre”, dijo Ardern en un emotivo discurso en el Parlamento en Wellington.
“Hablen de aquellos que perdimos en lugar de aquel que acabó con sus vidas”, sugirió la mandataria en la cámara, donde recordó a algunas de las víctimas, como Haji-Daoud Nabi, un afgano de 71 años que abrió la puerta de la mezquita Al Noor al asaltante y cuyas últimas palabras fueron “Hola hermano, bienvenido”.
La primera ministra reiteró que el presunto asaltante de dos mezquitas de Christchurch será imputado con más cargos y será castigado “con todo el peso de la ley” en Nueva Zelanda, donde insistió en que “no le daremos nada, ni siquiera su nombre”.
El australiano Brenton Tarrant, de 28 años, considerado por la Policía el único responsable del atentado, permanecerá en prisión provisional, que le fue impuesta el sábado al ser acusado de asesinato, hasta que comparezca ante el juez el 5 de abril.
El supuesto asaltante residía en Dunedin, a 250 millas al sur de Christchurch, donde presuntamente atacó con armas semiautomáticas a centenares de personas que habían acudido a las mezquitas de Al Noor y Linwood en su habitual oración de los viernes.
Jacinda Ardern remarcó que las puertas de su país se mantendrán abiertas como siempre para toda persona que respete los valores de tolerancia y “solo deben ser cerradas para aquellos que promuevan el odio y el miedo”.
En su alocución, la primera ministra neozelandesa confirmó que se revisará la actuación de las agencias de seguridad previa a los hechos, se reformará la ley de armas y se analizará el papel de las redes sociales, a la vez que se prestará apoyo a los familiares de los fallecidos.
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