En poco más de dos meses, Tamara Falcó e Íñigo Onieva se convertirán en marido y mujer después de pasar por el altar. Celebración que tendrá lugar el próximo 8 de julio en el palacio de El Rincón, situado en Aldea del Fresno, Madrid. Antes de que llegue esa importante fecha que marcará sus vidas para siempre, la feliz pareja, una vez superada la infidelidad por parte del empresario a la marquesa de Griñón, celebró el pasado fin de semana la tradicional pedida de mano.
El enclave escogido para este encuentro familiar de carácter íntimo fue la propiedad en la que vive Isabel Preysler en Puerta de Hierro, Madrid. Hasta allí se desplazó tanto el entorno más cercano del novio como de la novia. Y, ha sido ahora cuando ha salido a la luz un vídeo con el que se desvelan algunos detalles de la fiesta. Ha sido la propia Tamara quien lo ha compartido en su perfil de Instagram después de que subiera el contenido su primo, Álvaro Castillejo, quien se casó con Cristina Fernández Torres el pasado 10 de julio en Sotogrande.
«Esa familia bailonga que tengo», ha escrito mientras se puede apreciar en la breve pieza audiovisual que ha compartido cómo baila junto a Natalia Onieva, tía de Íñigo, a ritmo del grupo Third Floor mientras el resto de invitados los animaban. Escena que, probablemente, se repita el próximo mes de julio con motivo del enlace entre Tamara Falcó e Íñigo onieva.
El hermetismo ha estado presente en todo momento en esta celebración de la que han trascendido pocos detalles. Y es que, aunque la socialité acostumbra a hablar con naturalidad de su vida privada, esta vez, ha decidido guardarse para su intimidad este momento que jamás olvidará.
Han pasado ya siete meses desde que comenzaron a circular varios vídeos en los que aparecía Onieva besándose con otra mujer en el marco del festival Burning Man, celebrado en Nevada, Estados Unidos, el pasado mes de agosto. En un principio negó la monumental, pero horas después emitió un comunicado en el que pidió perdón a la que era su prometida porque, es necesario recordar que, horas antes de este mediático suceso se habían comprometido.
Después de meses separados, tuvieron un encuentro en Navidad que lo cambió todo. Fue entonces cuando la hija de Isabel Preysler tomó la decisión de hacer borrón y cuenta nueva. Ambos viajaron al Polo Norte y hubo una segunda pedida de mano, la definitiva. Habemus boda. Ahora, en esta segunda oportunidad que se han dado ambos han dejado claro que aquel turbio episodio forma parte del pasado y que está más que enterrado. Ahora solo queda esperar para ver cómo se dan el esperado ‘sí, quiero’ en una cita que los unirá para siempre. Otra de las incógnitas es dónde viajará el futuro matrimonio en su luna de miel. Se abren las apuestas.
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