RIAD, Arabia Saudita (AP) — El poderoso príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohammed bin Salman, fue nombrado primer ministro, un cargo que tradicionalmente ocupaba el rey, en una reorganización del gobierno anunciada el martes.
El príncipe Mohammed, que ya ha sido el gobernante de facto del reino durante varios años, se desempeñó anteriormente como viceprimer ministro bajo el rey Salman y como ministro de defensa.
Está siendo reemplazado como ministro de defensa por su hermano menor, Khalid bin Salman, quien fue viceministro de defensa.
Los jefes de otros ministerios críticos, incluidos el interior, el exterior y el de energía, permanecieron en sus puestos, según un decreto real del rey Salman publicado por la agencia oficial de prensa saudita.
El príncipe Mohammed, quien cumplió 37 años el mes pasado, ha sido el primero en la línea para suceder a su padre enfermo como rey desde 2017.
Arabia Saudita ha tratado durante años de sofocar las especulaciones sobre la salud del rey de 86 años, quien gobierna el principal exportador de petróleo del mundo desde 2015.
En 2017, desestimó los informes y las crecientes especulaciones de que el rey planeaba abdicar en favor del príncipe Mohammed.
King Salman ha sido hospitalizado dos veces este año, la más reciente para una estancia de una semana en mayo que involucró pruebas que incluyeron una colonoscopia, según los medios estatales.
El príncipe Mohammed se convirtió en ministro de Defensa en 2015, un paso clave en su rápida consolidación en el poder.
En ese cargo, supervisó las actividades militares de Arabia Saudita en Yemen, donde el reino lidera una coalición que respalda al gobierno reconocido internacionalmente en su lucha contra los rebeldes hutíes alineados con Irán.
También se ha convertido en la cara pública de una amplia agenda de reformas conocida como Visión 2030. Los cambios han incluido otorgar a las mujeres el derecho a conducir, abrir cines, dar la bienvenida a los turistas extranjeros, quitarle los colmillos a la policía religiosa y albergar a estrellas del pop y combates de boxeo de peso pesado de alto perfil y otros eventos deportivos.
Sin embargo, también ha encarcelado a críticos y, en una purga radical de la élite de la nación, detuvo y amenazó a unos 200 príncipes y empresarios en el hotel Ritz-Carlton de Riyadh en una campaña anticorrupción de 2017 que reforzó su control del poder.
Ganó notoriedad mundial por el asesinato en 2018 del periodista disidente saudí Jamal Khashoggi en el consulado del reino en Estambul.
El año pasado, el presidente Biden desclasificó un informe de inteligencia que encontró que el príncipe Mohammed había aprobado la operación contra Khashoggi, una afirmación que niegan las autoridades saudíes.
Pero el aumento en los precios de la energía provocado por la invasión rusa de Ucrania ha incitado a varios líderes occidentales a viajar a Arabia Saudita para pedir una mayor producción de petróleo, en particular Boris Johnson, entonces primer ministro de Gran Bretaña, y el propio Biden, quien se tragó una promesa anterior de hacer del liderazgo saudita un “paria”.
El canciller Olaf Scholz de Alemania se convirtió en el último líder importante en visitar el reino el pasado fin de semana.
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