Las bajas laborales en España se multiplicaron por siete en diciembre y los profesores ―pese a que se les priorizó en la administración de la tercera dosis de la vacuna― no son inmunes a la pandemia. El Ministerio de Educación y Formación Profesional reconoce que habrá un alud de bajas por un repunte de contagios que confía en que amaine a finales de mes. ¿Pero están preparados los centros? El sentir mayoritario de los profesores es que no, especialmente en las regiones en las que más han menguado este curso los docentes de refuerzo ―encabezadas por Madrid y Andalucía, que anunciaron en agosto que contarían con 7.679 y 5.300 profesores menos que en el 2020-2021, respectivamente― y el número de alumnos por aula ha vuelto al escenario prepandémico sin desdobles y con clases atestadas. En otros países de Europa los gobiernos han potenciado la detección de la covid en profesores y alumnos, a través de la realización de pruebas diagnósticas, algo que por el momento España aún no ha anunciado, salvo en Cataluña para los contactos de los contagiados.
Este lunes se retoman las clases tras el parón navideño y en las últimas semanas se abrió un amplio debate entre las Administraciones y la comunidad educativa sobre cómo sería esa vuelta. El Ministerio de Educación ha pedido que se extreme el cumplimiento de los protocolos y Sanidad ha permitido que entre los menores de 12 años solo se cuarentenen las clases con más de cuatro contagios. En las redes sociales los profesores dicen quedarse solos en este escenario adverso. En Francia, por contra, los alumnos que sean contacto estrecho de un contagiado tienen que someterse a pruebas gratuitas y el caos, según las escuelas, ha sido grande. En Berlín, por su parte, se han estado haciendo pruebas rápidas a todos los alumnos toda la semana y se someterán desde ahora en días alternos, mientras que el Ejército italiano hará test masivos en las escuelas.
Los profesores no se explican por qué las autonomías han dejado sin gastar 3.000 millones de euros del fondo covid del Gobierno central (en torno al 10%) para financiar los gastos causados por el coronavirus. Según cálculos de Hacienda, el primer año las regiones destinaron a educación 1.448 millones extra y 2.000 millones el segundo. ¿Y cuánto se está invirtiendo en este tercer curso, el primero presencial para todas las etapas? Aún no hay datos, pero presumiblemente menos, a tenor de los recortes en parte de las comunidades.
Esteban Álvarez, presidente de la asociación de directores de instituto de Madrid (Adimad), calcula que un centro de tamaño medio, con unos 90 docentes, el miércoles tendrá que hacer frente a tres o cuatro sustituciones por contagio. “Se tarda en tramitar entre cuatro o cinco días laborables una baja. Cuando quiera llegar el sustituto, se ha acabado la cuarentena [han bajado de 10 a siete días]”, subraya alarmado. La cosa se complica, además, porque algunas listas de interinos están agotadas en Madrid y otras regiones: matemáticas o electricidad e informática en FP. Se acude incluso al Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) para encontrar perfiles aptos. “Como en Madrid hay tanta inestabilidad laboral, los profesores se han ido a las comunidades que han mantenido este curso los refuerzos”, sostiene Álvarez. Es el caso de País Vasco, Comunidad Valenciana, Baleares, Cataluña o Navarra. Comisiones Obreras calcula que se han mantenido 20.000 profesores de refuerzo y se necesitarían hasta 71.000 para tener ratios de 20 alumnos en todo el sistema.
Toni González Picornell, presidente de la asociación de directores de instituto de España, propone volver a una fórmula que no es nueva: que se tramite la baja con una declaración jurada del docente sin esperar la ratificación del médico del ambulatorio. En su instituto, el Pare Vitoria de Alcoi (Alicante), han recibido cinco máquinas para reciclar el aire, pero apenas las usan: “La ventilación cruzada funciona mucho mejor”. En otros centros no han llegado y es una queja repetida. Reconoce que será más estricto en esta vuelta: “El ser humano tiende a relajarse, hay que volver a insistir en el protocolo. A la menor duda de síntomas, tos, fiebre… a casa, profesores y alumnos”.
Ante el debate de la pasada semana, cuando Murcia y Madrid amagaron con una vuelta a clase a distancia tras la Navidad, Castilla y León dejó claro que allí la el regreso sería presencial, pues por algo había invertido una fuerte partida para contar con un refuerzo de 1.300 docentes y mantener una distancia de 1,5 metros, en lugar de los 1,2 metros que permite el protocolo consensuado con Educación. “En Madrid las instrucciones dicen que, si se puede, la separación sea de 1,2 metros, pero con 35 alumnos en clase es imposible”, prosigue Álvarez.
Estas dos realidades, con gobiernos del PP, muestran dos formas de encarar la pandemia en las aulas españolas de forma muy distinta. “Vamos a salto de mata sin estar informados. Debería haber una estrategia complementaria de las comunidades para hacer, por ejemplo, pruebas a los profesores y los alumnos y no hay absolutamente nada”, se quejaba este sábado Vicente Mañes, presidente de la asociación de directores de colegios públicos, quien también critica que la escuela no se esté viendo como el medio para aprender, sino para que las familias concilien. Juan Villegas, profesor del instituto Maestro Juan de Ávila de Ciudad Real, se sumaba: “Hay que hacer rápidamente PCR a alumnos y profesores y sustituciones inmediatas de las bajas. Sin medidas como estas, la decisión de seguir manteniendo colegios e institutos abiertos tiene eficacia desde un punto de vista social, pero no educativo”.
Este domingo, Cataluña abrió la veda y anunció que en caso de un contagio en un aula, los compañeros podrán hacerse una prueba gratuita en una farmacia que esté adherida al programa TAR de la Generalitat el mismo día o al siguiente del contagio.
Más problemas en primaria
En primaria la situación es más preocupante que en secundaria. Los menores no se quedan nunca solos en el aula y no se pueden juntar con otros en un espacio más grande porque son grupos burbuja, explica Mañes, director del colegio público de Catarroja (Valencia). Acaba de abrir el correo y tiene una decena de mensajes notificándole casos entre sus 250 escolares. Mañes recuerda que si únicamente se cuarentenan clases enteras con más de cuatro contagios, los docentes tendrán que desdoblarse para impartir clase presencial y atender una o dos horas online a los confinados, además de mandarles tarea para que no se queden atrás. Más complejo aún para los profesores no tutores (Música, Inglés o Educación Física) que dan clase a varios grupos.
A Mañes le preocupan especialmente los maestros de infantil. “Pensé que en ese caso, que los niños no se van a vacunar, dejarían las cuarentenas. No llevan mascarilla ni respetan las distancias, se tocan, se abrazan, si está uno contagiado lo estarán muchos más”. Y eso sin contar con el agotamiento mental de todos. “Va a ser un trimestre duro en el que el frío estará presente y hará más difícil la concentración del alumnado, al que hay que motivar casi a diario”, se lamenta Miguel Muñoz, profesor del colegio El Llano de Monesterio (Badajoz). Ese es el caso del instituto escuela Antaviana de Barcelona, que llegó a las vacaciones de Navidad con 11 de sus 26 grupos confinados y un elevado absentismo (de 600 alumnos solo asistieron 40). Su jefe de estudios de primaria, Jordi Terrés, explica que lo que más les preocupa son los asintomáticos y que con el objetivo de frenar al máximo el golpe de positivos han enviado una carta pidiendo prudencia a los padres ante cualquier síntoma.
Los profesores de la pública echan también en falta que haya una enfermera escolar en cada centro que haga un seguimiento de la incidencia de la covid y el cumplimiento del protocolo, como existen cada vez más en las escuelas concertadas ―que cobran a las familias ese plus― y privadas. Canarias y Madrid, que cuentan con 700, son las autonomías en las que más implantadas están. En las escuelas el coordinador covid suele ser el director, quien asume la responsabilidad de controlar los protocolos. “No me da tiempo a gestionar nada. Es como estar en dos sitios a la vez y no hacer ninguna tarea bien. Llevar la especialidad de Música y la dirección coordinando la gestión de la covid es una auténtica locura”, se queja Olga Aguilar, del colegio Maestro José Varela de Dos Hermanas (Sevilla).
Los elogios al comportamiento de los pequeños ―empezando por las propias autoridades― se suceden y Ruth Molina, que da clase en un centro rural de Loyozuela (Madrid), aunque con “miedo” por el regreso, expresa una idea muy compartida: “Tendremos que volver a estar mucho más pendientes de que los peques estén con la mascarilla puesta todo el rato, que cuando almuercen guarden las distancias, pero no podemos pedirles más, son los ganadores de esta pandemia. Nuestros pequeños se merecen que les recibamos con muchas ganas e ilusión y eso haremos porque es nuestro trabajo”.
Medidas autonómicas para paliar el alud de bajas
J. A. Aunion Eva Saiz
La cobertura de bajas de los profesores se prevé como una de las grandes dificultades en esta vuelta a colegio en medio de la sexta oleada de la covid, que sigue batiendo cada día récords de contagios; el viernes pasado el Ministerio de Sanidad notificó 242.440 infecciones. Aunque las comunidades autónomas no tendrán hasta este lunes, cuando se reabren los centros, los datos exactos sobre su alcance, el temor es que las bajas por culpa de la pandemia puedan poner en serias dificultades la actividad de algunos colegios e institutos. En Cataluña, por ejemplo, a la espera de esos datos, el viernes pasado se hicieron ya un 17% más de nombramientos de sustitutos, respecto al último día antes de reiniciar el curso el pasado enero.
Como en el resto de comunidades, la Generalitat confía en que sus mecanismos de sustitución serán lo suficientemente ágiles como para amortiguar el golpe. En el caso catalán, el Gobierno dijo el viernes que se empezarán a cubrir las bajas de corta duración (de menos de cinco días) cuando se acumulen tres ausencias simultáneas a la vez en el mismo centro.
En Galicia, esperan tener el mismo lunes cubiertas las más de 200 vacantes que ya estaban en el sistema. En el País Vasco, incluso, confían en tener cubiertas además al menos una parte de las bajas producidas durante las vacaciones, ya que la aplicación informática a través de la cual los centros de la comunidad comunican sus necesidades se abrió preventivamente el día 5, asegura un portavoz del Departamento Vasco de Educación. Tanto Galicia como País Vasco aseguran que las vacantes se cubrirán a las 24 horas.
En general, ya sea con sistemas telemáticos (Navarra), refuerzos telefónicos (Castilla-La Mancha anuncia un sistema de sustituciones solo por esta vía) y con varios llamamientos de interinos a la semana (Extremadura, Madrid, Andalucía, Comunidad Valenciana…), las autonomías esperan amortiguar el impacto que puedan tener los contagios de profesores. En Baleares, además, han puesto en marcha “un sistema de sustituciones exprés para docentes con covid en los centros públicos”, explica una portavoz. Se trata de una bolsa de 25 profesores que están listos para cubrir las bajas de forma urgente.
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