Como es bien sabido, los relojes inteligentes tienen muchas funciones, y una de ellas es que son una herramienta importante para monitorear nuestro cuerpo. Podemos encontrar así modelos dedicados exclusivamente al rendimiento deportivo mientras que otros tienen las funciones de un teléfono inteligente pero también varias utilidades dedicadas a la salud. Sin embargo debemos ir con cuidado por lo que queremos hablaros ahora de los pros y contras de monitorear la salud con un smartwatch.
Monitorear la salud con un smartwatch
Basta con hacer un repaso o buscar entre los relojes inteligentes más populares y darnos cuenta como todos ellos, comprueban los latidos del corazón y son capaces de detectar y reportar anomalías, además de contar las calorías perdidas, los minutos de pie, el total de pasos del día, etc… Y no sólo esto. De cara al futuro también se habla de smartwatches con sensores para medir la presión arterial y la glucosa, lo que deja en evidencia que este tipo de dispositivo se vincula cada vez más a la monitorización de nuestras salud, aunque nunca podrá sustituir a las auténticas pruebas médicas y como no, al trabajo realizado por profesionales sanitarios.
Por ello, aunque es innegable que estas herramientas son tanto útiles como estimulantes para llevar una vida saludable, también existe la otra cara, explica un estudio realizado por la Dra. Lindsey Rosman , profesora asistente de medicina en la división de cardiología de la Universidad de la Escuela de Medicina de Carolina del Norte.
Aparentemente , el hecho de llevar un reloj inteligente o una pulsera inteligente (también llamada Fitbit) puede generar un aumento de la ansiedad relacionada con la salud: en el estudio, la doctora habla sobre el caso extremo de una paciente que llegó a tomar veinte lecturas de ECG al día, porque no entendía por qué su FitBit le daba un resultado «no concluyente». El problema estaba en el dispositivo, que no podía detectar los datos, pero mientras tanto el paciente había caído en un estado de ansiedad hasta que acudió a su cardiólogo, aunque no tenía síntomas.
Por otro lado, también hemos leído a menudo noticias de personas salvadas por su reloj inteligente , que les informó a tiempo de una anomalía cardíaca, lo que les permitió buscar ayuda y de hecho en lo que respecta a monitorear la actividad, los relojes inteligentes tienen un margen de error bastante bajo (menos del 5% según un estudio realizado por la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford en 2017 sobre los Apple iWatches)
Sin embargo, la fiabilidad de estas herramientas, de nuevo según el estudio de Stanford, empeora significativamente a la hora de medir las calorías quemadas durante el ejercicio: en este caso el margen de error oscilaba entre el 27% y el 93%.
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