A la hora de organizar un día de playa este verano, debemos prestar especial atención a lo que llevamos en la nevera porque hay algunas bebidas y alimentos que pueden ser peligrosos para la salud. Si los tomamos corremos el riesgo de tener pesadez estomacal o, en el peor de los casos, sufrir una intoxicación alimentaria. En concreto, hay una bebida con alcohol que debemos evitar a toda costa si vamos a la playa.
¿Sabes de qué bebida hablamos? Del vino blanco. Aunque parezca fresquito y muy apetecible para combatir las altas temperaturas propias del verano, lo cierto es que aumenta el riesgo de contraer cáncer de piel en el largo plazo, según ‘Eat This Not That’.
Además del vino blanco, hay otras bebidas que debemos evitar llevar a la playa. Es el caso del café que, aunque tiene un gran número de beneficios para la salud si se consume con moderación, tiene un gran efecto diurético. Además, la liberación de gastrina puede provocar diarrea.
La gran mayoría de nosotros recurrimos a las bebidas carbonatadas como la Coca-Cola para ir a la playa. El problema que presentan tiene que ver con su alto contenido en azúcares, lo que puede causar somnolencia, dolor de cabeza e hinchazón abdominal.
Alimentos prohibidos en la playa
Ahora que sabemos qué bebidas no debemos llevar a la playa para no sufrir ningún problema de salud, vamos a hablar de los alimentos.
La tortilla de patatas es uno de los platos más típicos a la hora de disfrutar de un día de sol y playa con la familia y los amigos. Sin embargo, si el huevo está poco cuajado, el riesgo de sufrir salmonelosis es muy alto.
Lo mejor es que no nos la juguemos y elijamos una tortilla de supermercado. Sí, sabemos que no hay nada como una tortilla de patatas casera, pero las de supermercado están elaboradas con huevina, así que con ellas no existe ningún peligro de salmonelosis.
Las patatas fritas de bolsa y otros snacks tampoco están recomendados porque contienen mucha sal y, en consecuencia, provocan sed. ¿Y la carne de pollo? Tiene muchas grasas y una gran proporción de agua, así que, en condiciones de calor, puede favorecer el desarrollo de bacterias como la listeria o la salmonella.
Y, por último, las verduras crucíferas. Aunque el repollo y el brócoli son alimentos muy sanos, comerlos en la playa no es una buena idea porque provocan gases e hinchazón.
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