En su tercer encuentro presencial en algo menos de dos meses, el presidente ruso, Vladímir Putin, ofreció a su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan, facilidades en el pago del gas y otras ayudas económicas. A cambio, alabó la ayuda que está dando Turquía y que prevé sirva para reiniciar en breve la exportación de productos rusos (cereales y fertilizantes). “Estamos listos para incrementar significativamente las entregas a la República de Turquía en todas la áreas que sean de vuestro interés”, dijo Putin a Erdogan en Samarcanda (Uzbekistán), donde estos días se reúnen los miembros de la Organización de Cooperación de Shanghái, liderada por Moscú y Pekín, y a la que Turquía ha sido invitada a participar pese a no ser miembro.
Erdogan se enfrenta a unas cruciales elecciones en apenas nueve meses y las encuestas, de momento, se inclinan a favor de la oposición, principalmente debido a la crítica situación económica (una inflación del 80 % según cifras oficiales, más del doble según cálculos independientes). Con un amplio déficit por cuenta corriente —debido a la factura energética y a la heterodoxa política monetaria de Erdogan— y una lira turca cuya cotización se mantiene gracias a las constantes paladas de divisa que quema el Banco Central, su Gobierno está necesitado de fondos. Putin está dispuesto a ponerlos a fin de mantener la particular neutralidad de Ankara: un país miembro de la OTAN, pero que se opone a muchas de las políticas de sus socios, se ha negado a aplicar sanciones a raíz de la invasión rusa de Ucrania, y se ha convertido en un país clave para evadirlas. Con todo, algunas empresas turcas han empezado a rechazar el pago a través del sistema ruso de tarjetas MIR ―un acuerdo anunciado tras el anterior encuentro entre Putin y Erdogan― por miedo a ser objeto de sanciones secundarias por parte de Occidente, según informó el jueves el medio Middle East Eye.
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Solo así se entiende que Erdogan, quien medió para lograr el establecimiento de un corredor naval a través del mar Negro —dirigido desde Estambul— que ha permitido retomar las exportaciones de cereal ucranio, haya secundado en los últimos días las declaraciones de Putin de que dicho corredor no está funcionando correctamente porque la mayor parte del grano va a parar a la Unión Europea. En realidad es en torno al 40%, y la mayoría —sostienen fuentes comunitarias— se usa para reexportar a terceros países. Un 25% del cereal ucranio que sale a través de esta vía ha ido a parar a Oriente Próximo y África, y cerca de un 20% a la propia Turquía. En Samarcanda, Putin no repitió la amenaza de salirse del acuerdo y se limitó a manifestar: “Esperemos que una parte significativa vaya a través del programa de alimentos de la ONU a los países más pobres, algo que por ahora no está sucediendo”.
En cambio, el presidente ruso aseguró que el acuerdo con Turquía para la exportación de cereales rusos a través de su territorio avanza positivamente. “Nuestros operadores económicos han recibido las señales correspondientes de que pueden exportar nuestros productos a través de Turquía, teniendo en cuenta que Turquía es un socio fiable en este campo y que puede asegurar las entregas a todos los países del mundo”, explicó Putin. Además de los acuerdos firmados por Rusia y Ucrania, por separado, con Turquía y la ONU para la implementación del corredor del grano desde los puertos ucranios del mar Negro, existe un tercer texto, todavía no hecho público, firmado entre Moscú, Ankara y Naciones Unidas sobre la exportación rusa de cereales y fertilizantes.
Además, el presidente ruso aseguró que está listo para su entrada en vigor un acuerdo que permitirá a Turquía pagar un 25% del gas que adquiere de Rusia en rublos, algo que rebajará en cierto modo la factura, dada la apreciación del dólar en los últimos meses. Según fuentes turcas citadas por la agencia Bloomberg, Erdogan había acudido a Samarcanda con la petición de una rebaja del precio del gas ruso y la propuesta de pagar parte en liras turcas.
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Ambos líderes incidieron también en los avances en la central de Akkuyu, la primera nuclear que tendrá Turquía y que construye una empresa rusa. En el marco de este acuerdo, algo más de 9.000 millones de dólares (una cantidad similar en euros) van a ser transferidos a Turquía, de los que más de una tercera parte ya han llegado, según datos del Banco Central turco. Igualmente, el apartado de “Errores y omisiones” de la balanza de pagos de Turquía se ha incrementado hasta cifras récord (24.400 millones en los siete primeros meses del año), algo que algunos analistas atribuyen a ingresos en el sistema financiero turco a través de canales no oficiales que podrían estar relacionados con Rusia.
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