El presidente ruso, Vladímir Putin, ha puesto freno este sábado a las amenazas de su homólogo bielorruso, Aleksandr Lukashenko, contra la Unión Europea. “El cierre bielorruso del tránsito de gas a Europa será una violación de nuestro contrato de tránsito, espero que no llegue a ese punto”, ha subrayado el mandatario ruso, que ha tildado las palabras del líder bielorruso como “un calentón del momento” y ha advertido de que, de cumplirse esta amenaza, sus relaciones con Minsk se verían afectadas.
“Para ser honesto, esta es la primera vez que escucho esto, y he hablado dos veces recientemente con Aleksandr Grigórievich (Lukashenko). Ninguna vez me dijo nada sobre eso, ni lo insinuó. Puede que me lo diga, pero no hay nada bueno en ello”, afirmó Putin en una entrevista de la televisión rusa Rossiya 24. Rusia es el principal apoyo exterior del cada vez más cuestionado régimen bielorruso, al que ayuda con asistencia económica, militar y diplomática, en medio de un aislamiento internacional creciente de Minsk.
El mandatario bielorruso había amenazado un día antes con cortar el tránsito de gas que fluye desde Rusia a la Unión Europea por el gasoducto Yamal-Europa. Aunque este pasa por su territorio, el tramo bielorruso es propiedad del monopolio estatal ruso Gazprom. “Mientras mantenemos caliente a Europa, ellos amenazan con cerrar nuestra frontera. ¿Y qué pasa si cortamos su suministro de gas? Recomendaría a los líderes de Polonia, a los lituanos y a otros descerebrados que piensen antes de hablar”, dijo Lukashenko.
La capacidad máxima de transporte de ese gasoducto es de 33.000 millones de metros cúbicos anuales, alrededor de un 8% de los 394.000 millones de metros cúbicos de gas que consumió todo el bloque comunitario en 2020. Ante el impacto en el precio del gas que podría tener esa medida, la portavoz de Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la Unión Europea, Nabila Massrali, aconsejó a Lukashenko no utilizar este recurso básico como arma en las disputas geopolíticas.
La amenaza energética es una de varias lanzadas por el régimen bielorruso contra Europa a causa del anuncio de los Veintisiete de nuevas sanciones contra la exrepública soviética a raíz de la crisis migratoria que el Gobierno de Lukashenko ha provocado en la frontera con Polonia, donde miles de inmigrantes traídos por Minsk desde Oriente Medio han sido abandonados allí con intención de empujarles a penetrar “ilegalmente” en la Unión Europea, acusó el jueves el portavoz de la Comisión Europea, Peter Stano. Las organizaciones de derechos humanos han denunciado además los abusos y las condiciones inhumanas que están padeciendo esos migrantes, que carecen incluso de agua, alimentos y refugios donde guarecerse del frío extremo que ya ha llegado a la región.
Durante su entrevista de este sábado, Putin negó haber participado en esta operación: “Quiero que todo el mundo sepa que no tenemos nada que ver con ello. Todo el mundo está intentando imputarnos de cualquier manera esa responsabilidad sin motivo alguno. Ninguna de nuestras aerolíneas ha transportado a esa gente”.
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Esta última afirmación se debe a las noticias de que Bruselas se plantea sancionar a la aerolínea de bandera rusa, Aeroflot, por esta crisis. Moscú ha respondido que empleará en ese caso “una respuesta asimétrica” y todo país que aplique ese veto a su aerolínea no podrá utilizar su espacio aéreo, lo que supondría no poder atajar por la ruta polar hacia Asia.
Putin también aprovechó la entrevista para acusar a Polonia de maltratar a los migrantes, y reiteró las críticas vertidas por su Gobierno estos días contra las democracias europeas: “No encaja con las ideas de humanismo que supuestamente son la base política de nuestros vecinos occidentales”.
Respecto al despliegue de paracaidistas y bombarderos rusos en la frontera bielorrusa con Polonia, Estonia y Lituania, Putin señaló que no ha sido una petición de Minsk. “La aviación estratégica no puede resolver este tipo de crisis; llevamos a cabo ejercicios programados con nuestros colegas bielorrusos. Son permanentes”.
El mandatario ruso también abordó en el canal de televisión las tensiones de los últimos días en torno a Donbás, donde el ejército ucraniano ha empleado por primera vez los drones de fabricación turca que decantaron la guerra de Nagorno-Karabaj; y en el Mar Negro, donde la flota rusa observa desde la distancia al buque insignia estadounidense USS Mount Whitney. “Tenemos la impresión de que no se nos está permitiendo relajarnos”, afirmó Putin.
“Esa aviación no tripulada ha sido utilizada en zona de conflicto, lo que está estrictamente prohibido por los Acuerdos de Minsk. Europa ha comentado algo ininteligible sobre ello, EE UU les apoya y las autoridades ucranianas dicen abiertamente que los han usado (los drones) y seguirán usándolos”, denunció el mandatario ruso, que insistió también en que la OTAN “organizó al mismo tiempo ejercicios no programados en el Mar Negro”. “Ellos deben saber también que nosotros no nos estamos relajando”, advirtió Putin.
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