La música es indudablemente una de las obras más conmovedoras del ser humano, la expresión en muchos casos última de sus sentimientos y, por qué no, también un arte que ha ido evolucionando con el paso del tiempo. Claro que sin la música clásica y la estructura y las características que la definen, sería impensado disfrutar del amplísimo panorama del último siglo de la humanidad.
En este sentido, podemos describir la música clásica como aquella que permanece a lo largo de los años, que trasciende a pesar del tiempo, y que en muchos casos tiene siglos de edad, lo que no impide que se la siga escuchando, además de estudiando e interpretando.
Por supuesto, posee sus propios subgéneros, considerando que se trata de una clasificación algo general, y que abarca una infinidad de momentos históricos y sus creadores.
Es habitual que se denomine música clásica a la producida entre el siglo XI, marcando de alguna forma su inicio, hasta la música contemporánea del siglo XX, más allá de las distinciones de estilos. Los grandes historiadores explican que el nacimiento de la música clásica se dio sobre todo a partir de la Edad Media, estableciéndose sus principios básicos en Europa, entre el 1550 y el 1900.
Principales compositores de música clásica
Evidentemente, resultaría imposible comprender la música clásica sin conocer a algunos de los principales compositores del género, la mayoría de ellos surgidos de países como Francia, Italia, Alemania, Austria, Hungría y Rusia, como consecuencia de los movimientos sociales y políticos atravesados por ellos, además del acceso a la tecnología y difusión por esa ubicación privilegiada.
Johann Sebastian Bach, Wolfgang Amadeus Mozart, Ludwig Van Beethoven, Frederic Chopin, Richard Wagner, Antonio Vivaldi, Guiseppe Verdi e Igor Stravinsky están entre los destacados.
¿Qué diferencia a la música clásica?
Si bien podría abordarse la diferencia entre la música clásica y la más actual desde distintos puntos de vista, es probable que una de las mejores maneras de hacerlo sea a partir de la complejidad. Efectivamente, la música clásica es compleja, a partir de la determinación de una serie de instrumentaciones, formatos y armonías, y la ausencia de herramientas aparecidas luego.
Se desarrolló el sistema de notación, el sistema de escritura de notas musicales que utilizamos hoy en día, con el pentagrama, y elementos como tempo, ritmo, métrica y altura.
Hablamos de una música sofisticada, virtuosa, centrada en la simetría y el equilibrio entre las notas, que se servía de una gran variedad de instrumentos, que prioriza la música por sobre la letra o eventualmente incluso prescinde de la última, y que posee una duración más prolongada.
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