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Qué es el lifting facial japonés y en qué consiste

¿Te gustaría tener la piel sana y tersa? El masaje o lifting facial japonés es una técnica japonesa que produce un efecto de estiramiento natural de la piel sin necesidad de métodos agresivos ni intervenciones quirúrgicas.

Lo primero de todo que queremos aclarar es que, aunque algunos lo denominan Kobido (significa “antiguo camino de la belleza”), este término se trata de una marca registrada y una empresa, no de una técnica. Dicho esto, veamos pues sus principales características.

¿En qué consiste lifting facial japonés?

El lifting facial japonés o Kobido es un tratamiento de rejuvenecimiento de la piel del rostro con métodos naturales. La forma que tiene de actuar es haciendo que la piel luzca más estirada y viva, sin las imperfecciones de las arrugas.

El proceso está compuesto por la experiencia oriental tradicional, en donde lo que se busca es relajar los músculos faciales y los órganos internos. Además, la combinación de las terapias de reflexología y digitopuntura, permiten regular el estado de humedad de la piel y mejorar el estado físico, químico y emocional del organismo.

Beneficios de este tipo de masajes

El tratamiento abarca el cuello, rostro y cuero cabelludo; produciendo una profunda relajación y alivio de dolores y molestias. La correcta aplicación de la terapia genera una gran cantidad de oxígeno a la piel, lo cual produce la eliminación de toxinas y de células muertas.

Los nutrientes pueden entonces llegar libremente a las áreas donde se necesitan e incrementar la capacidad de regeneración celular. Se estimula a nivel profundo la producción de colágeno, el cual, al ir surgiendo, va eliminando a su paso arrugas y líneas de expresión.

El resultado es un rostro fresco, relajado, tonificado y elástico, características propias de la juventud. Es por esto que en Europa se le conoce como «la cirugía facial sin bisturí».

¿Para quién está indicado estos tratamientos?

El masaje Kobido es ideal para todo tipo de personas que tengan cualquier afección a la piel como la soriasis, rosácea y principalmente el envejecimiento de la piel.

A quienes no se recomienda un intenso masaje Kobido son a quienes se hayan sometido cirugías estética faciales, porque poseen cicatrices muy extremas e internas que no permiten un resultado ideal. Tampoco está indicado en pieles muy grasas, acné, enrojecimientos por problemas de vascularización, eritrosis, cuperosis, etc.

¿Cómo surge esta práctica?

Se cree que el lifting facial japonés o masaje kobido nació en el Japón guerrero. Los samuráis, al parecer, se daban masajes en la cara para calmar la mente después de arduas batallas y potenciar su fuerza interior.

Sin embargo, una emperatriz notó que este tratamiento producía una apariencia luminosa y que, además, calmaba los dolores de cabeza. La soberana se llevó la idea a la casa imperial y a partir de entonces se puso de moda entre los miembros de la realeza.

“Aunque esta historia no está del todo comprobada, el kobido sigue siendo conocido como el masaje de las emperatrices”, asegura Arturo Valenzuela, director de Shiatsu Yasuragi.


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