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¿Qué es el tercer grado penitenciario? ¿A quién se lo conceden?

Iñaki Urdangarin ha accedido al tercer grado penitenciario. Un régimen de semilibertad que le permitirá pasar el día fuera de la cárcel y regresar únicamente para dormir. Además, pasará a formar parte de un programa especial para el tratamiento de presos por motivos económicos.

El Juzgado de Vigilancia Penitenciaria número 1 de Castilla y León, con sede en Valladolid, ha estimado el recurso de Iñaki Urdangarin y la concesión del tercer grado ya es firme. Iñaki Urdangarin ingresó en la cárcel de Brieva en junio de 2018. Ahora podrá trabajar fuera de la prisión e ir a dormir al Centro de Inserción Social de Alcalá de Henares (Madrid). Además, disfrutará de todos los fines de semana.

Clasificación del sistema penitenciario en España

El sistema penitenciario clasifica a los presos en tres grados. La clasificación regula todos los aspectos de los reclusos durante su estancia en prisión: visitas, permisos, horarios de salida al patio…

El primer grado, también conocido como régimen cerrado, es el que se aplica a los presos de mayor peligrosidad. El segundo grado es el que corresponde a los presos comunes. El tercer grado es un régimen de semilibertad en el que pueden salir de la cárcel durante el día para trabajar o estar con la familia por ejemplo. Y, finalmente, la libertad condicional.

Un sistema que tiene como principal objetivo establecer de forma progresiva un régimen para que los presos poco a poco se vayan reinsertando en la sociedad.

Iñaki Urdangarin saliendo del centro de discapacitados Don Orione.

Tercer grado penitenciario: qué es y a quién se lo conceden

El tercer grado se otorga a los presos que, debido a sus circunstancias personales, ya pueden llevar un régimen de semilibertad. También se aplica en reclusos que tengan una enfermedad terminal. Pueden pasar el día fuera de la cárcel y regresar sólo para dormir.

Cuando los presos ingresan en prisión se les otorga un grado penitenciario. La clasificación se revisa de forma periódica y es la Junta de Tratamiento Penitenciario la que decide si un recluso cumple las condiciones para pasar al régimen de semilibertad. De ser así, envía un informe dando su visto bueno al Juez, quien decide finalmente si se le concede o no el tercer grado.

¿De qué depende si un preso tiene el tercer grado? La Junta de Tratamiento evalúa un amplio abanico de factores: situación familiar, antecedentes penales, duración de la pena, historial social e individual… Más allá de sus circunstancias personales, también se valora el medio social y las facilidades que el recluso tendrá para reinsertarse.

Ahora bien, en algunos casos, si la pena de prisión es de más de cinco años, no se puede aplicar el régimen de semilibertad hasta que haya pasado la mitad de la condena. Esta es una condición obligatoria en reclusos que hayan cometido delitos siendo parte de una organización criminal, o que estén condenados por terrorismo o abuso de menores.


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