Se cumple más de una década desde que el operador de cámara y esposo de Raquel Sánchez Silva, Mario Biondo, fuera hallado muerto en su domicilio de Madrid, colgado de una estantería con una pashimina, «con las piernas estiradas y los pies hacia adentro», según detalló la madre del joven, Santina d’Alessandro. Sin embargo, su lance sigue de actualidad. Más aún tras el estreno, este jueves, de Las últimas horas de Mario Biondo, el documental de Netflix que repasa, precisamente, los pasos del italiano antes de su fallecimiento, el 30 de mayo de 2013.
Si bien en un principio todas las teorías de su muerte apuntaban hacía el mismo lado, el del suicidio, muy pronto, su caso fue motivo de numerosos debates en televisión y, sobre todo, en los juzgados de nuestro país y en Italia, pues precisamente su familia, desconfía de cuál fuera el trágico desenlace de Biondo y; en especial, de la versión ofrecida y concluida en España, que defienda a capa y espada la que fuera presentadora de Supervivientes.
Mario Biondo y Raquel Sánchez Silva / Netflix
En la docuserie de la plataforma de streaming estadounidense, producida por PAR Producciones, con Guillermo Gómez, ex manager de la veterana presentadora, y Luis Velo como productores ejecutivos, Raquel Sánchez Silva no participa directamente. No obstante, sí lo hace en su nombre Gómez. Éste, habla del suicidio como principal causa de la muerte de Mario Biondo, aunque eso sí, con matices; pues pone sobre la mesa el término asfixia como una práctica habitual del joven y su hermana «cuando eran niños».
Una afirmación que ha sido arrebatada, a su vez, por el perito judicial del caso, Óscar Tarruella, que señala que «Mario pudo morir tras practicar la asfixia», pero erótica. «Raquel aseguró en una declaración que Mario y su hermana jugaban a juegos de asfixia de pequeños… Y su hermana ha declarado que es falso. No obstante, un testigo cercano al entorno de la viuda manifiesta que, en realidad, la que jugaba a esos juegos de auto asfixia erótica era Raquel, quien lo habría aprendido en Inglaterra. Esta declaración está grabada, expuesta en un informe y está a disposición de un juez en Madrid», asegura. Pero ¿De qué se trata esta práctica sexual?
La madre de Mario Biondo, Santina D’Alessandro, durante un memorial a su hijo / Gtres
La asfixia erótica, también conocida como hipoxifilia, hipofixiofilia o hipofixiofilia o asfixiofilia, es, según Intramed, «una parafilia con auto estrangulamiento o asfixia practicada durante la masturbación». Así, es una forma de obtener satisfacción a través de la disminución de la respiración durante la actividad sexual que puede ser realizada por uno mismo o en la actividad con otra persona.
Habitualmente, se lleva a cabo con las propias manos de los implicados o cubriendo la cabeza con determinados elementos plásticos o de látex. De ahí, que se trate de una práctica peligrosa por la cuál se estima que fallecen entre 250 y 1.000 personas al año. «Se sabe muy poco acerca de las personas que practican la asfixia, porque la mayoría no buscan una terapia y no llaman la atención de la profesión médica, salvo cuando mueren. En una investigación acerca de 117 hombres que murieron por asfixia autoerótica han encontrado una relación entre esta práctica y otras parafilias: el bondage, placer por trabar los movimientos de alguien, y el travestismo», señalan.