El presidente Donald Trump recibió una terapia de un fármaco barato y de fácil acceso en todo el mundo llamado dexametasona que, según un estudio de la Universidad de Oxford divulgado en junio, puede ayudar a salvar vidas de pacientes que se encuentran graves a causa del coronavirus.
El Dr. Brian Garibaldi, especialista en cuidados intensivos pulmonares, dijo el domingo que Trump recibió una segunda dosis del medicamento experimental remdesivir junto con una primera dosis de dexametasona el sábado y que no muestra ningún efecto secundario “que podamos decir”.
Garibaldi y el médico de Trump, el Dr. Sean Conley, dijeron que si las cosas continúan yendo bien, Trump podrá regresar a la Casa Blanca el lunes para continuar su tratamiento de cinco días con remdesivir y otra terapia apropiada.
El presidente de EEUU dio positivo al COVID-19 el jueves luego que una de sus asesoras cercanas contrajo el virus, y el viernes en la tarde fue hospitalizado en el centro médico militar Walter Reed tras experimentar una caída en los niveles de saturación de oxígeno y fiebre.
En junio, el equipo investigador de Oxford indicó que cree que el tratamiento a base de dosis bajas de esteroides supone un gran avance en la lucha contra la COVID-19, al reducir el riesgo de muerte en un tercio de aquellos pacientes que se encuentran enchufados a ventiladores.
En cuanto a los que precisan de
una abordaje de la enfermedad con oxígeno, el citado fármaco reduce las muertes
en una quinta parte, de acuerdo con estos hallazgos.
Esta medicina es una de las que se están empleando en el considerado mayor ensayo clínico del mundo, donde se experimenta con tratamientos existentes para otros males con el objetivo de ver si también funcionan para combatir el coronavirus.
Esta medicina es una de las que
se están empleando en el considerado mayor ensayo clínico del mundo, donde se
experimenta con tratamientos existentes para otros males con el objetivo de ver
si también funcionan para combatir el coronavirus.
Además, debido a su bajo coste, consideran que podría ser muy beneficioso en los países pobres que afrontan grandes números de enfermos de COVID-19.
Según el estudio, la dexametasona parece ayudar más a los pacientes considerados de alto riesgo. El fármaco se emplea ya para reducir inflaciones en el caso de otras condiciones médicas y ayuda, al parecer, a detener parte del daño que se origina cuando el sistema inmunológico se sobreactiva mientras intenta luchar contra el coronavirus.
Un médico hispano que ha participado en el estudio de remdesivir explica los alcances del medicamento.
En este ensayo clínico participaron
unos 2,000 pacientes de hospitales, a los que se administró la medicina y su
evolución se comparó con otros 4,000 enfermos a los que no se les prescribió.
Para aquellos pacientes conectados a ventiladores mecánicos, la dexametasona redujo el riesgo de muerte de un 40 a un 28 %, al tiempo que en el caso de los enfermos que precisaron de oxígeno, el tratamiento redujo el riesgo mortal de un 25 a un 20 %.
En cuanto a los que necesitan abordaje con oxígeno, se salva una vida de cada 20-25, agregó.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue el encargado de anunciar que el medicamento había recibido una “autorización de emergencia” por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos.
“Hay un claro beneficio. El tratamiento consta de diez días de dexametasona y cuesta unos $6.2 por paciente. Según el experimento, la dexametasona no parece ayudar a personas que presentan síntomas leves de coronavirus -aquellos que no necesitan asistencia para respirar-.