¿Te has preguntado alguna vez qué es la ley de la atracción? Probablemente sí, dado que se trata de un concepto que ha ido adoptando diferentes matices a lo largo de la historia, pero acerca del cual la mayoría de nosotros hemos escuchado hablar, a veces en distintas circunstancias.
Lo cierto es que hablar de la ley de atracción no es sencillo, porque básicamente dependerá de qué sea aquello que uno pretende atraer. Sin embargo, sí podemos estar de acuerdo en que se trata de una fuerza abstracta, capaz de acercar a nosotros eso que nos interesa o deseamos poseer.
A partir de ello, quienes confían en la existencia de una ley de atracción, postulan que debemos intentar parecernos a todo eso que buscamos atraer. Por lo tanto, si queremos recibir buenas noticias, tendremos que estar dispuestos a darlas, “preparados” para que lleguen.
¿Qué profesa esta ley?
Esther Hicks, canalizadora, oradora inspiradora y autora estadounidense, es considerada la madre de las madres de esta idea, a la que ha explicado del siguiente modo: “la ley de atracción es una potente fuerza que atrae hacia nosotros aquello que deseamos o tememos”.
Dicho de otra manera, estamos ante la presencia misma de la manifestación de nuestra energía, que tiene el enorme potencial de atraer cosas iguales a aquellas que proyecta, como fe última de que todo lo que pensamos, consciente o inconscientemente, influye sobre nuestras vidas.
Por ende, podríamos concluir en que todo comienza realmente en nuestra mente, incluso antes que en los hechos que nos rodean. Por ello se cree que si logramos cambiar nuestros pensamientos y modificar nuestro comportamiento, los hechos a nuestro alrededor responderán a la mutación.
¿Cómo activar la ley de atracción?
- Define tus objetivos: es imposible alcanzar tus objetivos si previamente no te detienes a definirlos, a pensar en ellos, a imaginarte que se cumplen. Antes que nada, debes definir tus metas y anhelos.
- Entrena tu mente: al principio te parecerá difícil, pero con el tiempo aprenderás a dominar tu mente para que piense exactamente como quieras que lo haga. Así, no te desviarás de esos objetivos.
- Imágenes mentales: a medida que vayas cumpliendo con los primeros objetivos, tienes que ir viendo los detalles y pormenores que harán la diferencia cuando cumplas los siguientes objetivos.
- Hábitos ganadores: piensa que ya has conseguido esos objetivos, lo bien que te sientes de haber alcanzado lo que te proponías hace tiempo. Comienza a saborearlos antes de que sea real.
- Evita la negatividad: finalmente, tienes que quitar de en medio todos aquellos pensamientos negativos, que ponen palos en la rueda, o te llevan a creer que no llegarás a tus metas.
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