El níquel (Ni) es un elemento químico, al que le corresponde el número atómico 28. Se trata de un metal de transición de color blanco que se puede pulir, laminar y forjar. Es conductor tanto del calor como de la electricidad y es el segundo metal más abundante en el núcleo del planeta Tierra, sólo por detrás del hierro. Cabe señalar que casi el 90% de las hidrogenasas contienen níquel, sobre todo aquellas que se encargan de oxidar el hidrógeno.
En lo que respecta a su origen, registro históricos señalan que el níquel se empezó a utilizar en el siglo IV a.C junto con el cobre. Durante siglos, los minerales que contienen níquel, como por ejemplo la niquelina, se han usado para darle color al vidrio.
Características
Lo primero a tener en cuenta sobre las propiedades físicas del níquel es que su punto de fusión es de 1.455 grados. Es un metal ferromagnético con una dureza de 5 en la escala de Mohs.
Desde el punto de vista atómico, está formado por 28 electrones, 28 protones y 31 neutrones. Es muy resistente a la corrosión y algunos de sus compuestos, como los vapores y los sulfatos, aumentan el riesgo de sufrir cáncer.
Producción
En estos momentos, los principales productores de níquel a nivel global son: Filipinas, Indonesia, Brasil, Australia, Canadá, China y Rusia. Sólo Australia y Brasil concentran el 57% de las reservas de níquel que existen en el mundo.
Algo muy interesante sobre el níquel es nunca se presenta en estado puro de forma natural. Lo más habitual es encontrarlo a través de los siguientes componentes: pirrotina, pentlandita, millerita, garnierita, tainita y kamacita.
Usos
El níquel es un metal de transición, del mismo modo que el zinc, el titanio y el mercurio, entre otros. Tiene un aspecto muy similar al del cobre, de ahí que durante siglos se le haya conocido como «falso sobre».
Uno de sus principales usos a nivel global es la fabricación de monedas. También se utiliza para la fabricación de baterías y pilas recargables ya que su nivel de alcalinidad es muy alto.
Existen un gran número de vehículos híbridos que utilizan el níquel como metal en las baterías de hidruro. A diferencia de otros metales, permite almacenar la energía que se captura de los frenos regenerativos.
Sin lugar a dudas, el uso más importante del níquel es la aleación de metales. Además, gracias a sus buenas propiedades magnéticas, también se utiliza para la fabricación de imanes.
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