La dieta paleo es una de las más populares en la actualidad. A diferencia de otras, no busca simplemente una pérdida de peso, sino el cuidado integral del cuerpo y la prevención de algunas enfermedades «modernas» como la diabetes o la obesidad. Nación de la mano del científico norteamericano Loren Cordain, quien asegura que en la prehistoria nuestros antepasados seguían una dieta basada en un 55% de proteínas animales, un 15% de frutas y verduras y un 30% de grasas saturadas.
De lo que se trata es de seguir un plan de alimentación similar al de hace 10.000 años. La dieta paleo se basa en la idea de que nuestra genética y nuestro sistema digestivo no han sido capaces de adaptarse a los cambios recientes tanto en alimentación como en estilo de vida.
¿Qué alimentos están permitidos y cuáles no?
Por lo tanto, esta dieta incluye los siguientes alimentos: verduras, frutas, frutos secos, semillas, carne y pescado, miel, algas raíces y huevos. Quedan fuera todos los alimentos refinados, lácteos, cereales, legumbres, azúcares, alcohol, sal y café.
Las grasas saturadas están permitidas. Las mejores frutas son las ricas en antioxidantes y fructosa y, en cuanto a los frutos secos, hay que escoger los ricos en ácidos grasos Omega 3. El aceite de oliva también se puede tomar para aliñar las ensaladas.
Quienes siguen el plan de alimentación de la prehistoria únicamente consumen alimentos que están presentes en la naturaleza desde antes de la Revolución del Neolítico.
Beneficios y contraindicaciones
Los defensores de esta dieta señalan que la alimentación natural es la mejor forma de mantener el equilibrio y la energía a lo largo del día, y así disfrutar de una mejor calidad de vida. Además, uno de los principales beneficios que destacan es que consigue regular los niveles de azúcar en sangre.
En caso de deportistas, el entrenamiento es más efectivo y la recuperación muscular más rápida. A todo esto hay que sumar la quema de grasa acumulada y la pérdida de obesidad, algo muy importante a largo plazo.
En cuanto a las contraindicaciones, la más relevante es que, debido al alto contenido de proteínas animales de la dieta, aumenta el riesgo de sufrir problemas cardíacos y renales. La dieta paleo es pobre en hidratos de carbono, lo que puede dar lugar al hipotiroidismo.
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