El código Braille ha sido muy utilizado desde su invención allá por mediados del siglo XIX de la mano de Louis Braille, un sabio y joven inventor que quedó ciego de niño en un accidente en el taller familiar. Desde entonces, son millones los invidentes que usan este sistema para leer.
Este método de lectura usa el tacto, que se cambia por la vista. Es decir, se diseñó para personas con problemas de visión que, a través de una serie de puntos o caracteres sobreimpresionados en superficies planas les permite leer todo tipo de documentos.
Hoy día, al leer Braille, se puede acceder a todo tipo de información, ya que su uso se ha diversificado mucho y hay una gran tipología para distintos fines. Por ejemplo, sirve para leer partituras musicales, fórmulas matemáticas, etc. Incluso se han diseñado diversos tipos de braille literario, aunque el más utilizado es el que se conoce como de grado 2.
Cómo se lee el código Braille de grado 2
Aunque aprender a leer Braille no es sencillo, tampoco es imposible y, con ahínco, ganas y tesón, se puede estudiar perfectamente. El primer paso será distinguir entre las diversas posiciones de los 6 puntos que se pueden usar en cada celda.
Así pues, el sistema Braille consta de celdas, puntos y espacios vacíos. Según la situación de cada uno, sabremos qué letra estamos tocando o leyendo, según sea.
El siguiente paso para aprender este código es conocer el alfabeto. Para ello, las letras de la A a la J únicamente usan los puntos superiores de los seis que se disponen en cada celda. Luego, de la K hasta la T tan solo se añade un punto adicional en la tercera posición. Finalmente, de la U a la Z se escribirán como las de la A a la E, pero se añadirá un punto en las posiciones o puntos 1, 3 y 6.
La única letra que no sigue patrón alguno es la W, que está fuera de orden, puesto que en francés, idioma que practicaba Louis Braille, esta letra no se utiliza para nada.
Después, toca aprender puntuación. Es importante conocer los símbolos especiales que no se escriben bajo fórmulas de impresión normales, y que sirven para distinguir formatos que no aparecen en las celdas o para señalar mayúsculas.
También toca aprender las contracciones, muy habituales en las palabras que más se usan. Una vez sabido esto, llega el momento de practicar mucho hasta dominar esta forma de escritura.
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