Seguramente ya sepas qué es un exfoliante y cuál es su función o los objetivos que se persiguen al utilizarlos, pero si estás dando tus primeros pasos en el mundo del cuidado corporal, pueden llegar a tener algunas dudas acerca de estos productos tan particulares, indispensables para muchas mujeres y cada vez más hombres.
Básicamente, podríamos afirmar que la función de un exfoliante es limpiar la piel, eliminando todas las células muertas que se van acumulando en la superficie del cuerpo, lo cual da como resultado inmediato, pero sobre todo en el tiempo, una piel más suave, de un mejor tono, más viva.
¿Cuál es la función del exfoliante?
Al quitar esa barrera que representan las células muertas encima de la piel, este procedimiento también es considerado uno clave en el intento por prevenir el envejecimiento cutáneo, que se acentúa a partir de los hábitos de vida, como vicios, alimentación, contaminación del aire, etc.
Ya sin las células muertas de por medio, la regeneración cutánea se vuelve mucho más efectiva, las impurezas quedan de lado, y toxinas como la celulitis merman su acción sobre la piel.
En casos puntuales, la exfoliación tiene otro sentido estético, relacionado con el interés por unificar el tono de la piel, algo frecuente en personas que tienen manchas superficiales y pretenden disimularlas. Si se aplicase un producto específico para ello, la utilización previa de un exfoliante puede mejorar la apariencia final, homogeneizando el tono de la piel.
Claro que, para notar estos cambios, es necesario repetir la exfoliación al menos un par de veces a la semana, o según se indique en el prospecto del producto o siguiendo las recomendaciones del profesional médico que haya sugerido la incorporación de estas soluciones.
Mismas soluciones que, dicho sea también, tienen que ser discontinuadas tan pronto se observe alguna anomalía sobre la piel como consecuencia de su aplicación, entre ellas picazón, irritación, hinchazón, o cualquier signo de que las cosas no van bien, seguramente por una reacción alérgica.
Por ende, podríamos concluir que la función de los exfoliantes es múltiple, y va desde lo primordial, que es limpiar la piel eliminando las células muertas, hasta otras acciones más concretas, como la mencionada homogeneización de sus tonos. Es por eso un doble efecto, de belleza y salud.
Además, hoy en día existen numerosos exfoliantes, varios de ellos elaborados a partir de ingredientes naturales, que reducen esa posibilidad de reacción alérgica.
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