El nuevo coronavirus ha sido devastador para muchas personas, familias y comunidades, y aún se están calculando las consecuencias. El mundo de la tecnología ha visto ola tras ola de despidos, a veces múltiples oleadas en una empresa con solo unas semanas de diferencia. Algunas nuevas empresas han perdido casi todos sus ingresos y, dependiendo de sus reservas de efectivo, tienen pocas esperanzas de recuperarse.
Para los capitalistas de riesgo, los últimos dos meses han sido un ejercicio de clasificación.
Los socios han revisado todas sus carteras de inversión para identificar a los ganadores, lo que es rescatable y lo que (al menos en sus mentes) no tiene esperanza de resucitar. Si está en los dos primeros grupos, ha vuelto a la normalidad en medio de una pandemia mundial y una profunda recesión económica.
Pero, ¿qué sucede si de repente recibe una llamada que le informa que su inversor, quizás su mayor campeón hasta la fecha, va a cortar la cuerda y cancelarlo por completo?
De eso es de lo que vamos a hablar hoy.
Antes de ir a ninguna parte, agradezca si siquiera sabe cómo sus inversores están juzgando su inicio. Desafortunadamente, la mayoría expresará los términos que usan (“estaremos participando menos” o tal vez “es poco probable que hagamos nuestro prorrateo en el futuro”) en lugar de simplemente decir directamente, “lo estamos descartando; no nos llames, nosotros te llamaremos”. Eso es cortés y salva las apariencias para todas las partes, pero la falta de transparencia puede hacer que las decisiones en el futuro sean mucho más difíciles. Es mejor saber cuál es su posición, incluso si las noticias son difíciles.
Encontrar su orientación
El primer paso para abordar esta situación es orientarse. Al igual que durante un proceso de recaudación de fondos, no es raro que diferentes inversionistas en su tabla de capitalización lleguen a diferentes conclusiones sobre el potencial de su startup. Un inversor puede cancelarlo, mientras que otro lo tiene marcado en una valoración más neutral o incluso positiva. Esto puede ser absolutamente frustrante y, dada la emoción de esta situación, puede ser difícil aceptar racionalmente que un inversor que alguna vez creyó en usted ya no lo hace.
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