Los incendios de las últimas semanas en España han provocado imágenes que son realmente raras de ver durante el transcurso del año. Bajo el manto de las llamas, el Sol rojo que acompañaba al fuego en Navalacruz era fruto de un fenómeno que no ocurre todos los días y que es muy característico cuando se producen incendios de gran tamaño.
La nube de cenizas del incendio de Navalacruz cubrió el cielo desde 150 kilómetros de distancia del epicentro de las llamas. Este incendio estuvo acompañado por este Sol rojo.
¿Por qué se produce este fenómeno?
Como es de esperar, el incendio fue el principal causante de que el color del Sol fuera rojo. Casi con un atardecer intenso y duradero, la dispersión de las partículas por la atmósfera hace que el cielo sea más rojizo y el Sol se vuelva de este color. Cuántas más partículas estén suspendidas en el cielo, el fenómeno será má intenso.
La intensidad y la intensidad de este fenómeno depende en gran medida del número de partículas que se desprendan al aire. Fenómenos ambientales como la contaminación, o las cenizas de un incendio, provocan que el Sol parezca rojo y parezca que cambia de color durante el día, ya que este polvo influye en la tonalidad que desde la Tierra vemos al Sol.
Dispersión de Rayleigh
Para saber un poco a qué se debe este fenómeno, debemos saber qué es la dispersión de Rayleigh. Fue el barón John William Scott, conocido como Lord Rayleigh el primero en explicar el fenómeno en 1971. Era físico y catedrático universitario galardonado con el Premio Nobel de Física en 1904.
Según su observación, definió el fenómeno de la siguiente manera: «la dispersión de la luz visible o cualquier otra radiación electromagnética por partículas cuyo tamaño es mucho menor que la longitud de onda de los fotones dispersados».
Este fenómeno es el causante de que veamos ese color de cielo y ese Sol rojo tal y como explican en la revista Investigación y Ciencia: «La intensidad de la luz dispersada por esas partículas es proporcional al inverso de la cuarta potencia de la longitud de onda de la luz: por lo tanto, cuanto menor sea la longitud de onda, más se dispersará la radiación».
La densidad del humo, las cenizas, las llamas, el fuego, y la concentración de contaminación acumulada en nuestro cielo, hacen posible este fenómeno que tiñe el cielo con un color realmente bonito, rojizo, y el Sol rojo se convierte en todo un acontecimiento.
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