El trastorno del espectro autista, más conocido como autismo, es una enfermedad del neurodesarrollo y se caracteriza por las alteraciones vinculadas con la interacción social y la comunicación. Además, quienes sufren este trastorno tienen una serie de intereses fijos, así como conductas que se repiten de forma constante.
Hasta hace no mucho tiempo se diferenciaban diferentes tipos de autismo. No obstante, en la actualidad se consideran todos en conjunto, de forma que únicamente se establece una diferencia en función de la gravedad y las habilidades que se ven afectadas.
Causas del autismo
A pesar de las numerosas investigaciones realizadas, no es posible determinar una única causa del autismo. Aún así, los expertos consideran que la genética juega un papel importante en su desarrollo. Existe una gran variabilidad en este trastorno, de modo que la interacción entre los diferentes genes es un factor significativo en el desarrollo del TEA. Algunos estudios también han señalado los factores ambientales como responsables de la enfermedad.
Tampoco se conoce con certeza en qué grado el origen genético es hereditario o accidental.
Síntomas del autismo
Las personas que sufren autismo tienen una serie de síntomas muy característicos, los cuales alteran de algún modo diversas habilidades y funciones. Aunque la sintomatología puede ser muy diferente entre pacientes, hay algunos signos comunes.
Uno de los más frecuentes son los movimientos corporales repetitivos. Respecto al lenguaje, las personas autistas presentan grandes anomalías en la comunicación verbal y no verbal. Además, insisten mucho en seguir unas rutinas muy marcadas.
A todo ello hay que sumar los intereses restringidos, así como el déficit en la reciprocidad emocional o social.
Diagnóstico
El trastorno del espectro autista en ocasiones es complicado de diagnosticar, ya que hasta el momento no existe ningún tipo de prueba médica que ayude en su conformación. Por lo tanto, los profesionales médicos emiten el diagnóstico evaluando aspectos esenciales como el desarrollo y la conducta de los niños.
Hay casos en los que el autismo se puede detectar incluso antes de los 2 años de edad. No obstante, es a partir de esa edad cuando el diagnóstico puede considerarse fiable. Aún así, en la gran mayoría de los casos el diagnóstico definitivo llega mucho más tarde. El trastorno se detecta antes cuando los más pequeños sufren discapacidad intelectual.
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