(Radio France Internationale).- En clave nacional, las elecciones europeas van a poner a prueba la fortaleza electoral del actual presidente, el socialista Pedro Sánchez, frente al que es su principal rival, el conservador Alberto Núñez Feijóo. Para Sánchez, una ligera derrota este domingo tendría sabor a victoria porque supondría que resiste a los cada vez más virulentos embates de la derecha.
En clave comunitaria, el izquierdista Gobierno de España observa con mucha preocupación el avance de la extrema derecha en todo el continente y su repercusión. Su posible repercusión en las políticas medioambientales, agrarias o migratorias de la Unión Europea. Porque no hay que olvidar que España, por ejemplo, es una de las grandes puertas de entrada de la inmigración irregular desde África, sobre todo a través de las costas de las Islas Canarias.
Precisamente la última encuesta hecha hace seis días antes de las votaciones, muestra que los conservadores del Partido Conservador (PP), perdieron tres puntos porcentuales, pero les alcanzaría para ganar en España. La ultraderecha de Vox sigue siendo la tercera fuerza, pero su estimación de voto bajó dos puntos porcentuales y los socialistas se mantienen.
Foto: Reuters
¿En qué contexto se han dado estos movimientos en la intención de voto de los españoles?
En un contexto muy vertiginoso, porque suceden tantas cosas en la política española que parece ya muy lejano. El 29 de abril, cuando todo el país estuvo en vilo por la posibilidad de que Pedro Sánchez dimitiera tras las acusaciones de corrupción contra su esposa Begoña Gómez. El martes se conoció que un juez ha llamado a declarar a Begoña Gómez como investigada al prosperar la denuncia de una organización ultraderechista que aportaba como pruebas simplemente recortes de periódico.
Pedro Sánchez, sin embargo, le quiere dar la vuelta a esta noticia y pide a su electorado que acuda a votar para responder a la citación judicial de su mujer, algo que considera una maniobra de la derecha para influir en el resultado electoral. Y le puede funcionar porque ni siquiera la polémica aprobación de la amnistía de políticos independentistas catalanes aprobada la semana pasada ha hecho daño en las encuestas al mandatario socialista, ni tampoco el reconocimiento de su gobierno al Estado palestino.
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